El iceberg más grande del mundo se desprendió y navega hacia el Atlántico Sur
A23a, el coloso de hielo con una superficie equivalente a cinco veces Nueva York, inició su viaje tras décadas encallado en la Antártida. Su destino podría alterar ecosistemas clave.
El iceberg más grande del mundo, conocido como A23a, se desprendió del vórtice oceánico que lo mantenía atrapado cerca de las Islas Orcadas del Sur, en la Antártida. Con una superficie de 3.600 kilómetros cuadrados y un peso cercano a un billón de toneladas, este coloso helado ahora flota hacia el Atlántico Sur, según confirmaron imágenes satelitales del British Antarctic Survey (BAS).
A23a es un remanente del iceberg A23, que se separó de la plataforma de hielo Filchner en 1986. Durante más de tres décadas, permaneció encallado en el lecho marino del Mar de Weddell, girando en un vórtice conocido como Columna de Taylor. Este fenómeno oceánico atrapaba al iceberg en un movimiento constante sobre un monte submarino, retrasando su liberación.
El impacto del calentamiento global en A23a
El calentamiento global podría haber jugado un papel en el deterioro del iceberg. Temperaturas más cálidas en el aire y en el agua desgastaron sus bordes, aunque su núcleo central aún permanece estable, indicaron los investigadores británicos.
Lucas Ruiz, glaciólogo del CONICET, explicó que el deshielo es parte del ciclo natural de los icebergs, aunque se requiere más investigación para determinar si el cambio climático aceleró el desprendimiento. "El témpano estuvo encallado durante años. Su liberación es un fenómeno esperado en la vida de estos colosos", señaló.
Hacia dónde se dirige el iceberg
El A23a avanza hacia el Atlántico Sur por la Corriente Circumpolar Antártica. Su destino probable es la isla de Georgia del Sur, donde se fragmentará en trozos más pequeños hasta desintegrarse. Este proceso tendrá repercusiones ecológicas, ya que los icebergs aportan nutrientes a las aguas, fomentando la vida marina en áreas menos productivas.
Laura Taylor, biogeoquímica del proyecto BIOPOLE, destacó: "Los icebergs como A23a enriquecen los ecosistemas marinos, pero necesitamos comprender mejor su impacto en los ciclos de carbono y nutrición".
El A23a fue estudiado en 2023 por investigadores a bordo del buque de investigación RRS Sir David Attenborough. La expedición capturó imágenes inéditas del iceberg en movimiento y recopiló datos esenciales para analizar cómo su desintegración influye en los océanos y el cambio climático.
"Estamos atentos a su trayectoria y a su impacto en el ecosistema local", afirmó Andrew Meijers, oceanógrafo del BAS.
El desplazamiento del A23a coincide con advertencias de la comunidad científica sobre anomalías extremas en la Antártida y el Océano Austral. Estos eventos, impulsados por el cambio climático, subrayan la importancia de monitorear la interacción entre el hielo marino, los ecosistemas y las temperaturas crecientes.