El empleo doméstico cayó a su nivel más bajo en una década: impacto del ajuste de Milei

Desde que asumió Javier Milei se perdieron más de 22.000 puestos en el servicio doméstico. La informalidad alcanza al 77% y crece el endeudamiento entre jefas de hogar.

El empleo en casas particulares alcanzó en marzo de 2025 su nivel más bajo en los últimos 10 años, con 441.529 puestos registrados, según datos del SIPA. La cifra representa una pérdida de 22.000 empleos solo durante la gestión de Javier Milei, y más de 58.000 menos que el pico alcanzado en febrero de 2020, antes de la pandemia.

El deterioro del sector se profundizó por la reforma laboral libertaria, que eliminó sanciones a empleadores que no registran a sus trabajadores y desactivó programas como Registradas, destinado a formalizar empleos. A esto se suma el fin de las moratorias previsionales, que agravó la situación para muchas trabajadoras.

Más endeudamiento y menos ingresos

El 77% del empleo doméstico sigue siendo informal, lo que representa más de 1.500.000 trabajadoras no registradas. El salario promedio de junio apenas alcanzó los $350.000, muy por debajo de la canasta básica para una familia, que supera los $500.000. Mientras tanto, trabajadores de sectores como Energía o Minería ganan hasta cinco veces más.

El salario real del empleo privado continúa en caída, con tres meses consecutivos a la baja y niveles similares a los de noviembre de 2023. Del total de empleos perdidos en lo que va del gobierno de Milei (195.600), el 11,3% corresponde al trabajo doméstico.

Una de cada tres jefas de hogar se endeuda

El ajuste también afecta a los hogares encabezados por mujeres. Un informe del Instituto Argentina Grande (IAG) reveló que una de cada tres jefas de hogar con hijos se endeuda para poder alimentar a su familia. La diferencia con los hogares encabezados por varones creció hasta alcanzar los 8,5 puntos de brecha, superando incluso los registros del peor momento de la pandemia.

Los préstamos se toman tanto con conocidos como con entidades financieras, muchas veces en condiciones abusivas. En este contexto, el endeudamiento se volvió la única salida para miles de mujeres que trabajan en condiciones precarias y sin protección social.

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