El día que volvieron los héroes de Malvinas: pan, banderas y lágrimas en Puerto Madryn
Una ciudad entera abrazó a sus soldados sin importar la derrota. El 19 de junio de 1982, más de 4.000 combatientes argentinos regresaron al continente tras la guerra de Malvinas. Ese día, Puerto Madryn se quedó sin pan, pero sobró humanidad. VIDEO.
El 14 de junio de 1982 marcó el final de la guerra de Malvinas con la firma del acta de rendición. A pesar de que ese documento establecía que los soldados argentinos volverían en naves propias, la realidad logística obligó a un regreso en buques británicos. Fue así como el Canberra, un enorme trasatlántico inglés, trasladó a 4.136 soldados argentinos de regreso al continente.
El 19 de junio, la nave atracó en Puerto Madryn. Los soldados fueron desembarcados en silencio y en la oscuridad, pero al avanzar por la ciudad en camiones, el pueblo rompió ese silencio con banderas, cánticos, lágrimas y gestos de agradecimiento.
"Nos recibieron como si hubiéramos ganado"
"Nos daban pan, chocolate, facturas, y nos tiraban besos al aire. Nos abrazaban como si hubiésemos ganado la guerra", recordó Luis Daniel Bigot, soldado del Regimiento 7.
La escena fue tan movilizadora que ese día se lo conoce como "el día que Puerto Madryn se quedó sin pan": las panaderías agotaron su stock por la entrega espontánea de los vecinos a los jóvenes combatientes.
Un viaje a bordo del Canberra
En el barco, a cada soldado se le asignó un sector, muchos durmieron sobre alfombras mullidas del antiguo salón de baile, otros en camarotes dobles. Recibieron alimentación, abrigo y una atención muy diferente a la que habían vivido en las trincheras.
Incluso los británicos, según relatan los testigos, se mostraron respetuosos. "Nos trataron con dignidad", afirmaron varios veteranos. En los pasillos, los soldados argentinos enseñaban palabras en español y recibían sonrisas a cambio de una humanidad que parecía haber regresado, al menos un poco, tras el horror del conflicto.
Un reencuentro que conmovió a todos
Después de su breve paso por Puerto Madryn, los soldados fueron trasladados a Trelew y luego a Campo de Mayo, donde los esperaba un protocolo frío y sin información oficial. Pero el pueblo no lo permitió: miles de personas se acercaron a los alambrados del cuartel con la esperanza de ver, aunque sea a lo lejos, a sus hijos, hermanos o novios.
"Nunca vi llorar tanto a mi papá como ese Día del Padre. Y mi mamá me abrazó tan fuerte que pensé que no sobrevivía a eso", relató uno de los soldados.
El día que la guerra encontró consuelo
El regreso de los soldados de Malvinas no fue triunfal, pero fue profundamente humano. En el calor del pueblo patagónico encontraron un primer abrazo tras la desolación. Fue una derrota en términos militares, pero un triunfo de solidaridad colectiva.
Ese 19 de junio quedó grabado en la memoria nacional como uno de los gestos más auténticos y potentes de la historia reciente.