El asesinato de Charlie Kirk expone fallas en la seguridad del campus en Utah
Tyler Robinson permaneció horas en la Universidad del Valle antes del ataque, sin ser detectado por el débil operativo dispuesto.
La investigación sobre el asesinato de Charlie Kirk reveló que el tirador, Tyler Robinson, estuvo en el campus de la Universidad del Valle de Utah durante casi cuatro horas sin ser advertido. Según un análisis de The New York Times, llegó a las 8:29 de la mañana en un Dodge Challenger gris y recién fue registrado por cámaras a partir de las 11:50.
El recorrido incluyó estacionamientos, túneles y pasarelas, siempre sin obstáculos. Incluso, con una aparente dificultad al caminar, logró moverse por el campus hasta acceder al techo del Losee Center, desde donde disparó.
Una vigilancia reducida ante un evento masivo
El día del ataque, Kirk hablaba frente a unas 3.000 personas bajo una carpa. Pese a la magnitud del acto, solo seis agentes del campus estaban asignados a la seguridad. A ellos se sumaba un equipo privado de cinco integrantes que habitualmente acompañaba al activista.
Sin embargo, el dispositivo resultó insuficiente: Robinson se instaló en el techo sin ser detectado, lo que permitió que quedara con visión directa y sin obstáculos hacia el escenario, a unos 131 metros de distancia.
El ataque y la huida del sospechoso
A las 12:23 del mediodía, Robinson disparó un único tiro que impactó en Kirk. De inmediato, personal de seguridad corrió a asistirlo y lo trasladó en un vehículo, mientras dos policías se dirigían a la carpa.
El tirador escapó corriendo hacia el otro extremo del Losee Center y saltó desde una altura de más de cuatro metros. Después cruzó hacia un área boscosa cercana, donde dejó el arma y los casquillos con mensajes grabados.
La captura de Robinson
Tras un operativo que se extendió más de 320 kilómetros, Robinson fue localizado gracias a la información que aportó un amigo de su familia. Hoy permanece detenido en la Cárcel del Condado de Utah, acusado del asesinato que dejó al descubierto las brechas de seguridad en un campus universitario que albergaba un evento multitudinario.