EEUU atacó un narcosubmarino en el Caribe: dos muertos y dos detenidos

El presidente Donald Trump difundió imágenes del operativo que destruyó una embarcación cargada con fentanilo. Caracas denunció una "agresión" y activó el estado de conmoción externa.

El jueves pasado, fuerzas militares de Estados Unidos interceptaron y destruyeron un narcosubmarino en aguas del mar Caribe, en una operación que dejó como saldo dos tripulantes muertos y otros dos detenidos. Las imágenes del ataque fueron difundidas este sábado por el presidente Donald Trump a través de su cuenta en Truth Social, donde también confirmó que la embarcación transportaba fentanilo y otras drogas ilegales.

El operativo fue parte de una ofensiva antidrogas liderada por Washington cerca de las costas de Venezuela. En las imágenes compartidas por Trump se observa el momento en que un misil impacta directamente sobre el submarino. Es la primera vez que una operación de este tipo deja sobrevivientes, quienes serán repatriados a Colombia y Ecuador para ser procesados por cargos de narcotráfico.

Trump defendió la legalidad del ataque y afirmó que con esta acción se evitaron "al menos 25.000 muertes de estadounidenses", en referencia a las consecuencias del tráfico de fentanilo. Además, reiteró que EE.UU. mantiene un "conflicto armado no internacional" con organizaciones narcoterroristas en la región, argumento con el que justifica el uso de la fuerza en el Caribe.

Sin embargo, la acción militar generó críticas dentro de Estados Unidos. Legisladores demócratas y analistas legales advirtieron que estos operativos podrían violar normas del derecho internacional y exigieron al gobierno que presente pruebas concretas sobre las sustancias transportadas. También cuestionaron la falta de autorización del Congreso para este tipo de intervenciones militares.

Por su parte, el gobierno de Venezuela reaccionó con dureza. Nicolás Maduro negó cualquier vínculo con redes de narcotráfico y denunció una "agresión estadounidense". En respuesta, firmó un decreto que declara el estado de conmoción externa, otorgando al Ejecutivo poderes especiales para responder ante posibles ataques.

Este nuevo episodio se enmarca en una escalada de tensiones entre Washington y Caracas. Desde agosto, Estados Unidos incrementó su presencia militar en la región con el despliegue de destructores, aviones F-35, submarinos nucleares y bombarderos B-52. Apenas un día antes del ataque, aviones estratégicos estadounidenses sobrevolaron a solo 240 kilómetros de la costa venezolana.

La administración Trump también autorizó operaciones encubiertas de la CIA en territorio venezolano, lo que alimenta temores en Caracas sobre un posible intento de derrocamiento del régimen de Maduro.

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