El juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski continuó este lunes con la declaración de Gloria Romero, su madre, quien brindó un testimonio cargado de dolor. Su relato, que había sido interrumpido el viernes por una descompensación, retomó con una frase que estremeció a la sala: "Ese hollín era mi hija", dijo al recordar el momento en que tuvo que reconocer las pertenencias calcinadas de Cecilia.

Durante la audiencia, Romero volvió a quebrarse y los jueces debieron disponer un cuarto intermedio para que pudiera recomponerse.

Los mensajes que despertaron las sospechas

En la jornada también se exhibieron los mensajes que madre e hija intercambiaron en mayo de 2023, poco antes de la desaparición de Cecilia. En esas conversaciones, la joven le contaba que se mudaría a Ushuaia junto a César Sena, detallando su futuro trabajo y vivienda.

Sin embargo, Gloria confesó que algo le resultó extraño: "No era la forma de sonreír de Cecilia", dijo al leer un mensaje que decía: "Se me cayó el celular al baño jeje".

Además, notó que su hija dejó de enviar fotos, algo que solía hacer con frecuencia. "Me está andando mal el celular", fue la excusa que recibió.

Romero contó que incluso cuando le mandó una foto de una herida de su perro, la respuesta de Cecilia fue inusual: "Cuando vi la foto casi me desmayo". Para ella, ese mensaje fue la confirmación de que ya no era su hija quien escribía, sino César Sena.

Durante el juicio también se revelaron mensajes en los que la joven se quejaba del entorno piquetero de su pareja: "La obligaban a portar la remera del Che Guevara, a limitar el uso de sus redes y a ir a las ollas populares", contó Gloria.

La defensa busca la nulidad del juicio

Mientras la madre declaraba, la defensa del clan Sena insistió en pedir la nulidad del proceso. Argumentan que el fiscal del caso habría visitado a Gloria Romero en el hotel donde se hospeda para "preparar su testimonio".

Por su parte, los acusados Emerenciano y César Sena volvieron a cubrirse el rostro con barbijos y papeles frente a las cámaras, una práctica que repiten en cada audiencia. En cambio, Marcela Acuña, madre de César, se mostró serena y con el rostro descubierto.

Los tres integrantes del clan están siendo juzgados por separado y cuentan con diferentes equipos de abogados defensores.