Cómo sigue el estado de salud de Cristina Kirchner
La expresidenta evoluciona favorablemente tras su cirugía de urgencia por peritonitis. Aunque está estable y sin fiebre, los médicos decidieron que permanezca en el sanatorio para continuar con el tratamiento.
Después de la alarma del sábado, llegan noticias de alivio desde el Sanatorio Otamendi. El último informe, firmado por la Dra. Marina Lanfranconi, confirma que Cristina Kirchner evoluciona "sin complicaciones" tras la operación de apendicitis aguda y peritonitis localizada a la que fue sometida.
A pesar de que se especulaba con una vuelta rápida a su domicilio en Constitución, el equipo médico optó por la cautela: seguirá internada. Actualmente, la exmandataria se encuentra con un drenaje peritoneal y recibe medicación vía antibióticos. El objetivo es claro: completar el esquema terapéutico en el centro de salud para evitar cualquier riesgo innecesario.
Del malestar en Constitución al quirófano
Todo comenzó el sábado, cuando un fuerte dolor abdominal obligó a un chequeo médico de urgencia en su departamento. Tras la recomendación de los profesionales y la correspondiente autorización judicial -dado que cumple prisión domiciliaria-, fue trasladada al Otamendi.
La cirugía, que se realizó por vía laparoscópica y terminó cerca de las 21:30 de ese mismo día, confirmó el diagnóstico inicial. Por ahora, el parte es alentador: no tiene fiebre y los parámetros posoperatorios están dentro de lo esperado, aunque el drenaje sigue siendo necesario como parte del proceso de limpieza de la zona afectada.
Una historia clínica marcada por las cirugías
Esta no es la primera vez que la salud de CFK acapara la atención pública. A sus 72 años, esta intervención se suma a un historial que incluye:
2012: La extracción de la glándula tiroides (que finalmente resultó ser un diagnóstico de adenoma folicular, sin células cancerígenas).
2013: Una cirugía de urgencia por un hematoma subdural tras un golpe en la cabeza.
2021: Una histerectomía programada, también realizada en el Otamendi.
Como en cada una de estas ocasiones, el entorno de la expresidenta mantiene el hermetismo habitual, mientras que en las afueras del sanatorio se espera que el tratamiento antibiótico cumpla su ciclo para que pueda recibir el alta definitiva.