Carlos Beraldi, abogado de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, apeló formalmente la colocación de la tobillera electrónica que controla su arresto domiciliario. La medida fue ordenada por el Tribunal Oral Federal 2 luego de que se confirmara su condena por administración fraudulenta en el caso Vialidad, una causa que la obliga a cumplir una pena de seis años de prisión.

El dispositivo fue instalado hace una semana por orden del juez Jorge Gorini, luego del rechazo definitivo de la Corte Suprema al recurso presentado por la defensa. Desde entonces, la ex mandataria permanece monitoreada en su domicilio del barrio porteño de Monserrat.

El sistema de vigilancia y el rol del TOF 2

El TOF 2 no dio lugar al planteo de la defensa, que consideraba innecesario el uso de una tobillera electrónica debido a la custodia policial permanente que acompaña a Cristina Kirchner. Según los jueces, los argumentos presentados carecían de fundamento y, tras recibir un informe técnico que avaló las condiciones del domicilio ubicado en San José 1111, se procedió a ejecutar la medida.

La instalación estuvo a cargo de personal del Ministerio de Seguridad, quienes, de forma discreta, colocaron el dispositivo que funciona por radiofrecuencia. El sistema incluye también un celular exclusivo, al que la ex vicepresidenta debe responder cada vez que sea requerida.

Una medida bajo discusión judicial

La apelación de Beraldi apunta a que el monitoreo representa una carga adicional innecesaria para su defendida, teniendo en cuenta su condición de figura pública, el despliegue de seguridad ya existente y la naturaleza del delito por el que fue condenada.

Pese a esto, el tribunal sostiene que el uso del dispositivo forma parte del cumplimiento de la pena en una modalidad morigerada, y reafirma que el arresto domiciliario no elimina los mecanismos de control judicial.