Crisis aérea en Estados Unidos: el cierre del gobierno provocó miles de cancelaciones

La falta de controladores por el cierre federal obligó a la FAA a reducir vuelos en 40 aeropuertos. Las demoras ya alcanzan hasta cuatro horas y el caos podría agravarse en los próximos días.

El transporte aéreo en Estados Unidos enfrenta una de sus peores semanas del año. La Administración Federal de Aviación (FAA) confirmó que continuará aplicando recortes en los vuelos de 40 grandes aeropuertos, mientras persiste el cierre del gobierno federal.

Durante el fin de semana, miles de vuelos fueron cancelados, incluidos casi 3.000 el domingo y otros 1.700 el lunes, con más de 1.000 cancelaciones previstas para el martes. Según la FAA, la escasez de controladores -que no cobran hace casi un mes- está generando graves interrupciones en el sistema aéreo.

En Chicago O'Hare, las demoras promedio alcanzaron cuatro horas, mientras que en Las Vegas fueron de 45 minutos. La agencia advirtió que hay problemas de personal en más de una docena de torres de control, lo que podría afectar también a ciudades como Filadelfia, Nashville y Atlanta.

El impacto del cierre y las tensiones políticas

El cierre del gobierno, que mantiene sin sueldo a miles de empleados federales, ya provocó ausentismo entre los controladores aéreos. Algunos comenzaron a buscar trabajos alternativos o directamente renunciaron, según denunció el sindicato nacional del sector.

El presidente Donald Trump presionó a los controladores desde las redes sociales para que "vuelvan a trabajar, ahora", y propuso bonos de 10.000 dólares para quienes se mantengan en sus puestos. Desde el gremio, sin embargo, acusaron al gobierno de usar a los trabajadores como "peones políticos" en la disputa por el presupuesto.

"Esto erosiona el margen de seguridad que el público nunca ve, pero del que depende todos los días", advirtió Nick Daniels, presidente de la Asociación Nacional de Controladores Aéreos, en una conferencia de prensa.

Recortes progresivos y pasajeros frustrados

La FAA ordenó reducir un 4% de los vuelos en los aeropuertos más transitados del país durante el fin de semana, una cifra que subirá al 6% este martes y alcanzará el 10% hacia fin de semana.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, aclaró que las restricciones seguirán vigentes hasta que mejoren los indicadores de seguridad. También advirtió que, si el cierre se prolonga, el tráfico aéreo podría "reducirse a un goteo" para la semana de Acción de Gracias.

Los pasajeros, en tanto, expresaron su malestar. "Todo esto tiene consecuencias reales para millones de personas y es totalmente evitable", se quejó Todd Walker, quien perdió su vuelo de San Francisco a Washington y no pudo asistir al cumpleaños número 80 de su madre.

Un problema estructural que se agrava

El sistema aéreo estadounidense arrastra desde hace años un déficit de controladores, y la crisis actual amenaza con empeorarlo. Muchos trabajadores, sin salario, no pueden pagar el cuidado de sus hijos o recurren a empleos temporales como repartidores o donantes de plasma.

El martes marcará el segundo día de pago perdido para los empleados de la FAA. En el cierre de 2019, los controladores tardaron hasta dos meses y medio en recibir sus sueldos atrasados.

"Mis hijos me preguntaron ayer cuánto tiempo más podremos quedarnos en casa", contó Amy Lark, controladora de la zona de Washington D. C., que asegura seguir "100% comprometida" con su trabajo pese a la incertidumbre.