Fuerza Patria llega fortalecida a las elecciones en Buenos Aires, con tregua interna y clima favorable
Tras semanas de tensión, el peronismo bonaerense encara la elección legislativa con mayor cohesión interna, candidatos competitivos y una campaña sin sobresaltos. El contraste con el gobierno libertario y el rol de los intendentes, claves del tramo final.
Unidad táctica y campaña sin ruidos: el nuevo aire del peronismo
Después de una etapa marcada por cruces internos, Fuerza Patria llega al domingo con un panorama más ordenado y una tregua interna que, si bien es frágil, resultó funcional para encarar la campaña sin fracturas visibles.
La suspensión de la interna fue un punto de inflexión. Lejos de exponer fisuras, permitió bajar la tensión, cerrar filas ante la crisis del oficialismo nacional y poner en marcha una estrategia de contraste directo con La Libertad Avanza.
En ese contexto, Axel Kicillof asumió un rol activo recorriendo el territorio con distintos sectores del espacio, mientras Massa, Grabois y Máximo Kirchner jugaron sus propias cartas en paralelo. Aunque sin un comando unificado, todos empujaron en la misma dirección: votar al peronismo es votar en contra del modelo Milei.
Gobierno en crisis, peronismo en ofensiva
El escándalo por los audios que involucran a Karina Milei, Diego Spagnuolo y familiares del expresidente Menem dejó a La Libertad Avanza golpeada y sin capacidad de respuesta rápida. Esa situación inyectó ánimo al peronismo, que supo capitalizar el momento para mostrarse como una fuerza política sólida, con candidatos competitivos y capacidad de gestión.
Mientras en la Casa Rosada reinaba la incertidumbre, el PJ bonaerense se concentró en lo suyo: orden, territorialidad y campaña sin fisuras públicas. Aunque hay heridas que siguen abiertas, los distintos sectores coincidieron en que la elección puede ser una oportunidad para reposicionarse.
El poder territorial y la apuesta a octubre
Con la Primera y Tercera sección electoral como bastiones históricos del voto peronista, las proyecciones son optimistas para el domingo. En el interior provincial, el crecimiento de terceras fuerzas podría quitarle volumen a los libertarios, beneficiando al armado de Fuerza Patria en el conteo final.
Los intendentes tienen un rol clave: renuevan concejos deliberantes y saben que una buena elección fortalece sus gestiones locales. El trabajo de base, la boleta papel y la tracción desde abajo son parte de una estrategia tradicional, pero eficaz.
¿Renacer o ruptura?
Un triunfo este domingo podría marcar un punto de inflexión para el peronismo bonaerense, que lleva tiempo sin una victoria clara. Sería el primer paso hacia una recuperación que tiene como horizonte el 2027, con Kicillof como posible figura presidencial.
Pero una derrota reactivaría las tensiones, devolvería la agenda a las disputas internas y volvería a abrir la puerta a un escenario de fractura expuesta, especialmente entre el kirchnerismo duro y los sectores más pragmáticos.
En cualquier caso, lo que se juega no es solo una elección legislativa: es el liderazgo dentro del peronismo, la oposición a Milei y la posibilidad de empezar a reconstruir poder desde el territorio más decisivo del país: la provincia de Buenos Aires.