El papa Francisco falleció este lunes a las 7:35 (hora de Roma), según confirmó el Vaticano. Su última aparición pública tuvo lugar en la misa de Pascuas, celebrada recientemente en el Vaticano. Aunque no ofició la ceremonia principal, siguió la celebración desde el balcón de la basílica de San Pedro y brindó la tradicional bendición "Urbi et Orbi".

En esa oportunidad, Jorge Bergoglio habló ante unos 35.000 fieles. Sin las cánulas nasales de oxígeno y en silla de ruedas, pronunció un potente mensaje sobre la paz mundial. "No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás", afirmó.

Un llamado a la humanidad y una advertencia política

Durante su mensaje pascual, Francisco también pidió que cese la violencia en Gaza, que se liberen los rehenes y se atienda a quienes padecen hambre. Además, hizo un llamado directo a los líderes mundiales para que "no cedan a la lógica del miedo que aísla" y usen los recursos en favor de los más necesitados.

"La paz se construye con las armas del desarrollo y la ayuda, no con la muerte", remarcó el papa, con voz débil pero clara.

Una Pascua diferente y un adiós en silencio

Debido a su frágil estado de salud, Francisco no participó activamente de muchas de las celebraciones de Semana Santa. La misa del Domingo de Resurrección fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri, mientras que el pontífice solo se limitó a desear una "Buena Pascua" desde el balcón.

Sin embargo, su deseo de mantenerse activo lo llevó días antes a visitar la cárcel de Regina Coeli, cumpliendo con una tradición que sostenía desde 2013. Allí saludó a 70 reclusos y les dedicó palabras de cercanía espiritual: "Este año no puedo hacer el lavado de pies, pero rezo por vosotros y vuestras familias".

Incluso en esa visita, se permitió bromear con los periodistas que lo esperaban afuera. Cuando le preguntaron cómo estaba, respondió con una sonrisa: "Estoy sentado".