Científicos calculan que el Universo podría colapsar en 20 mil millones de años

Nuevos estudios sobre la constante cosmológica y la energía oscura sugieren que la expansión del Universo no será eterna y que podría terminar en un Big Crunch.

Mientras las teorías sobre el origen del Universo, como el Big Bang, están ampliamente estudiadas, su eventual desenlace sigue siendo un misterio. Científicos llevan décadas preguntándose cómo será el momento en que todo lo que conocemos deje de existir. La hipótesis más estudiada es el Big Crunch o Gran Colapso, un escenario en el que la expansión del Universo se detiene y comienza a contraerse hasta desaparecer.

Hasta hace poco, se estimaba que este colapso ocurriría dentro de 65 mil millones de años, según un estudio de la Universidad de Princeton. Sin embargo, un nuevo trabajo realizado por investigadores de China, España y Estados Unidos, publicado en Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, ajusta esa cifra a 20 mil millones de años.

La constante cosmológica y la energía oscura

El estudio se centra en la constante cosmológica, , introducida por Albert Einstein en 1917 como un parámetro de la relatividad general. Si es positivo, favorece la expansión del Universo; si es negativo, podría generar un colapso.

Esta dinámica está impulsada por la energía oscura, una forma de energía que no emite ni absorbe luz y que llena el espacio de manera uniforme, acelerando la expansión del Universo. Los descubrimientos sobre esta energía, que merecieron el Nobel de Física en 2011, permitieron a los científicos modelar cómo podría evolucionar la contracción del cosmos.

Para ello, analizaron el comportamiento de los axiones, partículas muy ligeras que forman parte de la energía oscura. Inicialmente contribuyen a la expansión, pero con el tiempo su efecto disminuye, permitiendo que negativo inicie el colapso. Según Henry Tye, uno de los autores, esta gran crisis define el fin del Universo y ocurrirá dentro de unos 20 mil millones de años.

Observatorios y nuevas evidencias

El estudio se apoyó en datos de dos importantes proyectos: el Dark Energy Survey, en Chile, y el Dark Energy Spectroscopic Instrument, en Arizona. Ambos coinciden en que la energía oscura no es una constante pura, sino que contiene componentes adicionales que podrían inclinar la constante cosmológica hacia valores negativos.

Tye y su equipo proponen una partícula hipotética de muy baja masa que se comportó como una constante cosmológica en los inicios del Universo, pero que ya no lo hace. Este modelo permite predecir de manera más precisa cuándo y cómo podría ocurrir el Big Crunch.

La importancia de conocer el final

Saber si el Universo tiene un final es relevante no solo para la ciencia, sino también como una cuestión conceptual sobre nuestra existencia. Tye destacó: Para cualquier forma de vida, es importante saber cómo comienza y cómo termina. Durante muchos años se pensó que el Universo duraría para siempre. Saber que podría tener un fin nos permite comprender mejor su historia y su destino.

Este nuevo enfoque abre la puerta a futuras investigaciones que seguirán midiendo la energía oscura y estudiando millones de galaxias para refinar los modelos sobre el destino final del cosmos.