Causa Vélez: chats revelados exponen la revictimización judicial en la causa por violación grupal
Mensajes incorporados al expediente muestran el impacto emocional del abuso y el sesgo de la Justicia tucumana.
La causa por la violación grupal ocurrida en Tucumán tiene un nuevo capítulo tras la revelación de chats y audios que forman parte del expediente judicial. El material, analizado en exclusiva por El Avispero, refuerza las denuncias sobre un accionar judicial atravesado por la revictimización de la víctima y la falta de perspectiva de género en la investigación.
Los mensajes no solo dan cuenta del impacto emocional que atravesó la denunciante tras el abuso, sino que también exponen cómo su vida personal, social y profesional se vio alterada desde el inicio del proceso. Para quienes siguen la causa, los chats confirman que la investigación avanzó poniendo bajo sospecha a la víctima, en lugar de concentrarse de manera prioritaria en los imputados.
Chats que reflejan miedo, angustia y el peso del proceso judicial
Uno de los ejes centrales del análisis está puesto en los mensajes privados que la víctima intercambió con personas de su entorno. Allí se refleja el temor a la exposición pública, el miedo al señalamiento social y la angustia frente a un proceso judicial que ella misma anticipaba como desgastante.
Los chats muestran a una joven atravesada por el shock posterior al abuso, con manifestaciones físicas y emocionales compatibles con cuadros de estrés postraumático. También evidencian la vergüenza, la necesidad de protegerse y el temor a que la denuncia tuviera consecuencias irreversibles en su vida cotidiana.
Tras hacerse pública la causa, la víctima decidió cerrar sus redes sociales durante un período prolongado, una medida interpretada como una forma de resguardarse del hostigamiento, los comentarios y la exposición mediática que suelen acompañar este tipo de denuncias.
Una investigación bajo la lupa: pericias y foco puesto en la víctima
El material difundido también vuelve a poner en cuestión el rol de los organismos técnicos que intervinieron en la causa. Según se expuso, la Fiscalía había delimitado de manera expresa qué términos podían ser utilizados en las pericias digitales, con el objetivo de resguardar la intimidad de la víctima y las testigos.
Sin embargo, esos límites habrían sido vulnerados. Las conversaciones privadas de la denunciante fueron analizadas de manera exhaustiva, mientras que no se aplicó el mismo criterio sobre los acusados, incluso en relación con chats que habrían sido borrados luego del hecho denunciado.
Esta asimetría investigativa es señalada como uno de los principales elementos de revictimización: la Justicia habría orientado la pesquisa a buscar inconsistencias en la conducta de la víctima, antes que a reconstruir de manera integral lo ocurrido y determinar responsabilidades.
Audios, rumores y la construcción de un relato desacreditador
Otro punto abordado en el programa televisivo es la utilización parcial de testimonios para instalar la idea de una "causa armada". En el expediente constan declaraciones completas de testigos que explican que ciertos comentarios surgieron de rumores escuchados en su entorno y no de información concreta ni verificada.
Pese a ello, esas versiones fragmentadas fueron utilizadas para alimentar un discurso que buscó desacreditar la denuncia. Para el entorno de la víctima, esta estrategia no solo fue replicada en el plano judicial, sino también en algunos sectores mediáticos, profundizando el daño psicológico y social.
A esto se suma la existencia de audios incorporados a la causa que dan cuenta de un presunto ofrecimiento de dinero para que la denuncia no avanzara, un elemento que contradice de manera directa la idea de un interés económico por parte de la víctima.
Una causa que no avanza y una víctima nuevamente expuesta
Mientras tanto, la causa lleva más de 19 meses sin ser elevada a juicio, pese a la existencia de pruebas médicas, lesiones constatadas y registros del hotel donde ocurrió el hecho. Para quienes acompañan a la denunciante, la difusión de los chats vuelve a poner en evidencia un patrón: además del abuso, la víctima debió enfrentar un proceso judicial que la expuso, la investigó y la puso en duda.
Los mensajes conocidos en las últimas horas no solo refuerzan el relato de lo ocurrido, sino que también interpelan al sistema judicial tucumano por su rol en la revictimización de quienes se animan a denunciar violencia sexual.