Este domingo, el polvo de ladrillo parisino será testigo de un enfrentamiento que ya se perfila como uno de los más memorables del año: Carlos Alcaraz, actual campeón de Roland Garros, se enfrenta desde las 10 de la mañana al italiano Jannik Sinner, número 1 del mundo. El partido se juega en el Philippe Chatrier y será transmitido en vivo por ESPN 2 y la plataforma Disney+.

Se trata de mucho más que una final. Es el choque de dos generaciones que hoy dominan el circuito ATP. Alcaraz busca revalidar el título y Sinner quiere conquistar por primera vez la tierra francesa.

Sinner llega invicto y con hambre de gloria

El italiano pisa fuerte en París: no ha perdido ni un set en todo el torneo y viene de vencer a Novak Djokovic en sets corridos en semifinales, en lo que podría haber sido el último Roland Garros del serbio. Sinner acumula 26 triunfos consecutivos en torneos de Grand Slam y ya ganó el Australian Open y el US Open.

Pese a su rendimiento impecable, Sinner arrastra una cuenta pendiente: nunca jugó una final en Roland Garros. Hoy tendrá su primera gran chance de levantar la Copa de los Mosqueteros.

Alcaraz, imbatible en polvo y con experiencia de sobra

El español, que ya sabe lo que es consagrarse en París, llega con una marca asombrosa: 21 victorias y apenas una derrota sobre polvo de ladrillo en lo que va del año. Además, domina el historial frente a Sinner (7-4) y se impuso en los últimos cuatro enfrentamientos entre ambos.

Su camino hasta la final incluyó una victoria sobre Lorenzo Musetti, quien se retiró por lesión. De ganar este domingo, Carlitos sumará su quinto Grand Slam antes de los 23 años y continuará cimentando su leyenda.

Una final histórica, con una leyenda presente

El trofeo de Roland Garros será entregado nada menos que por Andre Agassi, campeón en París en 1999. El estadounidense mantiene una relación cercana con Alcaraz y fue parte del "Netflix Slam" en el que compartieron cancha el año pasado.

La escena está lista. Las raquetas hablarán. Y el mundo del tenis tendrá, una vez más, su mirada fija en la Philippe Chatrier.