Se multiplican las voces en Los Pocitos: acusan a EDET y Transnoa de contaminación y negligencia

Vecinos del barrio Los Pocitos, en Tafí Viejo, siguen alzando la voz y sumándose a las denuncias por contaminación ambiental que involucran a las empresas EDET y Transnoa. Aseguran que los transformadores eléctricos instalados en la zona durante décadas provocaron filtraciones de aceites con sustancias altamente tóxicas, como PCB (bifenilos policlorados), generando enfermedades crónicas y afectando gravemente su calidad de vida.

"Nos han envenenado durante años, y nadie hizo nada. Recién ahora nos estamos animando a contar lo que vivimos", expresó una vecina que prefiere preservar su identidad. 

Como ella, otras familias empezaron a denunciar casos de cáncer, problemas respiratorios, afecciones en la piel y síntomas neurológicos que, sospechan, están relacionados con la exposición prolongada a estos residuos peligrosos.

Señalamientos de encubrimiento y falta de respuesta

Los testimonios apuntan a una misma línea: la presencia de transformadores defectuosos, el vertido de aceites en el suelo, el ocultamiento de información por parte de las empresas responsables y la falta de respuesta de las autoridades provinciales.

"El olor era insoportable, los líquidos caían del transformador y se metían en nuestras casas cuando llovía", cuenta otro vecino, quien señala que desde hace años reclaman una solución sin obtener respuestas concretas.

Además, advierten que muchas de las pruebas de contaminación fueron "borradas" o disimuladas tras la remoción de algunos equipos, lo que alimenta la sospecha de encubrimiento y negligencia institucional.

Salud y negocios por encima de la vida

La situación en Los Pocitos pone de manifiesto una trama más profunda: la de negocios, desidia estatal y falta de control ambiental, en la que la salud de una comunidad entera quedó relegada.

Organizaciones ambientales y referentes sociales de Tafí Viejo acompañan a los vecinos en su reclamo y exigen que se realicen estudios ambientales y médicos en la zona, además de avanzar con una investigación judicial que determine responsabilidades.

Mientras tanto, la comunidad sigue reuniendo testimonios. La frase que se repite en cada casa es la misma: "Vivimos envenenados, y recién ahora nos animamos a contarlo".