Un clásico con valor patrimonial

La propiedad, de siete ambientes y 232 metros cuadrados totales, combina materiales originales -pisos de pinotea, carpinterías de madera maciza, techos altos- con una estructura sólida y adaptable. Aunque la cocina y los baños requieren actualización, la unidad se presenta como una opción versátil para vivienda, estudio profesional o sede corporativa.

"La venta no tiene relación con la situación de la exmandataria. El dueño tomó la decisión hace más de un año por motivos personales", aclaró Mariana Stange, titular de la inmobiliaria que comercializa el inmueble.

El "efecto CFK": más exposición, pero sin impacto en el precio

Aunque la presencia de Cristina Kirchner en el edificio generó visibilidad, desde la inmobiliaria descartan que haya influido en el valor de publicación. "Algunos lo ven como un plus de seguridad, pero no es un factor determinante. El interés pasa por el estilo, la superficie y la ubicación", explicó Stange.

Una joya en un barrio en transformación

El edificio, de comienzos del siglo XX, conserva detalles originales y está protegido por el Código Urbanístico de la Ciudad. Según el arquitecto Fernando Lorenzi, se trata de una "construcción de calidad notable, con proporciones equilibradas y coherencia estilística".

Constitución, donde se sitúa la propiedad, atraviesa una etapa de valores deprimidos. Según portales como Zonaprop y Cabaprop, el metro cuadrado en la zona ronda los U$S1700 a U$S1750, bastante por debajo de barrios como Belgrano o Núñez. Para Stange, eso representa una oportunidad: "Hay desarrollos nuevos, oficinas reconvertidas y potencial a futuro, sobre todo en propiedades con valor arquitectónico".

Historia, literatura y política en un mismo edificio

El edificio no solo es relevante por su arquitectura. Está cargado de simbolismo: fue escenario de saludos políticos, inspiración literaria (Borges ubicó allí el mítico "Aleph") y parte de una zona históricamente intensa en luchas sociales y transformaciones urbanas. Hoy convive con la intensidad de la estación Constitución, la Facultad de Sociales de la UBA y un entorno de fuerte identidad barrial.

Cristina Kirchner reside en el segundo piso, una propiedad de unos 200 m2 que fue adquirida por su hija, Florencia Kirchner, en 2015. Aunque no se conocen detalles del interior, se estima que su valor ronda los U$S300.000, en línea con la unidad en venta.

¿Quiénes preguntan?

Entre los interesados se cuentan inversores, profesionales independientes y personas del ámbito cultural. Buscan, principalmente, arquitectura con carácter, buena ubicación y potencial para distintos usos.

"Lo que ofrece este inmueble no es solo un departamento: es parte de una historia urbana que sigue viva", concluyó la inmobiliaria.