Un tucumano en Roma: vivió la muerte de Francisco y el nombramiento de León XIV
De visita a su hijo en Roma, terminó presenciando un momento histórico en la Iglesia.
Lo que empezó como un viaje familiar para reencontrarse con su hijo, terminó siendo una experiencia espiritual única para Marcelo Recino, tucumano y ferviente creyente. Estando en Italia, fue testigo directo de dos hechos que marcaron la historia del catolicismo: la muerte del Papa Francisco y la proclamación del nuevo Sumo Pontífice, León XIV.
Marcelo llegó a Roma con planes simples: pasar unos días con su hijo, recorrer la ciudad y visitar lugares sagrados como Asís. Sin embargo, el destino tenía preparado algo más profundo. "Nunca me imaginé que iba a estar acá justo cuando muere Francisco. Fue un sacudón enorme. Y después, estar presente en el anuncio del nuevo Papa... fue un regalo de Dios", confesó.
Las campanas de Roma anunciaron al nuevo Papa: un instante imborrable
El día del anuncio, Marcelo y su familia recorrían el Coliseo y el Foro Romano. En ese momento, las campanas comenzaron a sonar de forma insistente. "Le dije a mi señora: ‘Ahí hay nuevo Papa'. Y no me equivoqué", relató con emoción. Suspendieron el paseo y caminaron casi media hora hasta la Plaza San Pedro. Al llegar, justo se anunciaba el nombre de León XIV.
Aunque no estaban en el centro de la plaza, pudieron seguir el momento desde las pantallas gigantes. "Se escuchaban murmullos en inglés: ‘He's American!'. Pero muchos no sabían si se referían a alguien de América Latina o de Estados Unidos. Después entendimos que era estadounidense, pero con una fuerte conexión con Perú", explicó Marcelo, destacando la sorpresa general entre los fieles por la elección del nuevo Papa.
Fe, reflexión y un mensaje de padre a hijo
Más allá de lo histórico, Marcelo vivió este momento desde un lugar personal y profundo. Recordó cómo durante el papado de Francisco había tenido críticas, como muchos argentinos. "Después entendí que tal vez no lo supimos valorar como debíamos. Hoy, con todo lo que viví, siento que debo pedir perdón y agradecer".
Una de las experiencias más conmovedoras fue haber recorrido Asís con su hijo. Allí visitaron el santuario de San Francisco y la tumba de Carlo Acutis, a quien le habían hecho una promesa por la salud de un familiar. La coincidencia temporal con la canonización del joven beato por parte del Papa Francisco, sumada a su muerte días después, convirtieron ese momento en una señal de fe para Marcelo.
"Poder compartir todo esto con mi hijo fue algo único. Creo que es momento de volver a hablar de fe, de espiritualidad, y también de poder cuestionar desde un lugar sano. Para mí, todo esto fue un acto divino", cerró emocionado.