El triple femicidio de Florencio Varela sigue sembrando interrogantes. Magalí Celeste González Guerrero, Daniela Iara Ibarra, Maximiliano Andrés Parra y Miguel Ángel Villanueva Silva, los cuatro acusados por el crimen de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, se negaron a declarar ante el fiscal Gastón Dupláa. La decisión refuerza su imputación por homicidio agravado y mantiene a los sospechosos bajo prisión preventiva.

Denuncias, amenazas y una escena sin custodia

Las familias de las víctimas habían advertido sobre persecuciones y amenazas previas, pero esas denuncias no habrían sido atendidas a tiempo. En medio de la conmoción, la casa de la hermana de Lara fue baleada, lo que elevó la tensión entre los allegados.
Además, la vivienda donde hallaron los cuerpos quedó sin una custodia estricta. El portón estaba abierto y las cintas policiales ausentes, situación que permitió incluso el ingreso de un hombre que robó objetos mientras seguían los peritajes, hecho captado por las cámaras de televisión.

Sospechas de un ajuste narco

La principal hipótesis apunta a un brutal mensaje de una organización narco. Según el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, el crimen habría sido transmitido en vivo por Instagram para miembros de la banda, en un macabro acto de "disciplinamiento". La figura del "Pequeño J" o "Julito", un joven de 23 años prófugo, surge como posible líder que habría ordenado la trampa y la ejecución de las adolescentes.

Aunque se las consideraba amigas, ni Morena ni Brenda seguían en redes a Lara y no hay fotos públicas de las tres juntas. Esta ausencia de pruebas digitales alimenta la sospecha de que las jóvenes fueron engañadas para ir a la casa del horror, donde finalmente fueron asesinadas.