Lo que comenzó como una inquietud compartida entre unas 20 familias de sexto grado de una escuela primaria de Mendoza se transformó, en cuestión de semanas, en un movimiento que ya reúne a unos 300 padres. Denominada "Pacto Parental", la iniciativa busca establecer acuerdos entre adultos para limitar el uso del teléfono celular en niños y adolescentes y postergar la entrega del primer dispositivo propio hasta, al menos, los 13 años de edad. 

Lo que ocasionó este disparador fue la preocupación de un grupo de padres del colegio privado San Nicolás, ubicado en Chacras de Coria, por el impacto del uso temprano de la tecnología en la vida cotidiana de sus hijos. Según explicaron, el eje central del planteo es que la decisión no sea individual sino colectiva, de modo que ningún chico quede aislado del grupo por no tener celular. "Tiene que ser un pacto entre adultos para que lo respete la mayoría y así evitar que el que no usa celular quede marginado de sus amigos y compañeros", explicó Guillermo Barletta, padre de una alumna de 12 años.

Los impulsores del proyecto crearon un grupo de WhatsApp y lanzaron una página web, pactoparental.org, donde publicaron un manifiesto en el que proponen reducir el tiempo frente a las pantallas y retrasar el acceso a las redes sociales. En ese documento sostienen que existe consenso científico respecto a que los niños no deberían tener celular antes de los 13 años, ni redes sociales antes de los 16, parámetros que se convirtieron en los objetivos centrales del acuerdo.

Otro de los promotores del espacio es Nacho Castro, comunicador y publicista, quien señaló que no esperó una política pública para actuar. "De mis hijos me ocupo yo", resumió, al advertir que las plataformas digitales forman parte de una industria diseñada para captar de manera constante la atención, con consecuencias negativas tanto para adultos como para niños. A su entender, mientras los mayores pueden asumir los excesos, los más chicos no cuentan con las herramientas necesarias para autorregularse frente a estímulos permanentes.

En este Pacto Parental se plantea un acuerdo colaborativo de crianza que promueve el tiempo libre de pantallas en favor del juego, la creatividad y la construcción de vínculos saludables. En su fundamentación, los padres advierten que la hiperconexión impacta sobre la atención, el descanso, la autoestima y la salud mental, y remarcan la necesidad de un compromiso colectivo para acompañar y poner límites claros.

Las familias que adhieren se comprometen a respetar una serie de pautas comunes y a trabajar de manera articulada con otras familias y con las escuelas para priorizar el bienestar integral de niños y adolescentes. Desde el manifiesto sostienen que el cuidado del bienestar físico y emocional es una responsabilidad indelegable de los adultos, y que la infancia requiere presencia, acompañamiento y límites.

A partir del próximo año lectivo, los padres del colegio San Nicolás y de otras instituciones que se sumen al acuerdo buscarán retrasar la entrega del primer celular propio hasta los 13 años y desalentar el uso de redes sociales antes de los 16. Además, el compromiso incluye reemplazar la prohibición por diálogo, acompañamiento y propuestas de actividades recreativas fuera de la pantalla.

El impulso de esta iniciativa se apoya en estudios científicos que alertan sobre los riesgos del uso excesivo y la dependencia de los dispositivos digitales. Entre los datos que citan los padres se destacan que el 95% de los docentes considera que el celular afecta la salud mental, que los menores pasan entre cuatro y seis horas diarias frente a pantallas y que el 65% accede a su primer smartphone antes de los 9 años, cifras que reforzaron la decisión de avanzar con este acuerdo parental.