En la entrevista Valko calificó este acto como "un error grave" y destacó la figura de Bayer como un "héroe del pueblo" que luchó por la memoria histórica y la justicia social.

Valko expresó que la destrucción del monumento, que se encontraba a la entrada de Río Gallegos, representa un ataque simbólico a la memoria de quienes, como Bayer, defendieron a las clases más oprimidas de la sociedad. En este sentido, explicó que, a diferencia de "héroes de clase" como Julio Roca, que benefició a la élite, Bayer fue un "héroe del pueblo" por su trabajo, especialmente por su libro La Patagonia Rebelde, que documenta el fusilamiento de miles de obreros en 1920-1921 en Patagonia.

"Un acto lamentable en un momento simbólico"

El hecho ocurrió el 23 de marzo, víspera del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, lo que Valko consideró un acto con un fuerte mensaje político. A su juicio, esta remoción no fue un error aislado, sino un acto deliberado que refleja "una pérdida del principio de realidad" por parte del gobierno.

Valko también criticó la acción de Vialidad Nacional, que se encargó de destruir el monumento. Según él, este tipo de medidas no se justifican dentro de las funciones de la entidad, que debería centrarse en reparar rutas y no en destruir símbolos culturales.

Respuesta del gobierno y repercusiones

A pesar de la indignación generada por el hecho, el Intendente de Río Gallegos y otros miembros de la comunidad se comprometieron a reponer el monumento. Sin embargo, Valko consideró que esta acción no puede deshacer el daño simbólico que ya ha causado.

Finalmente, Valko remarcó la contradicción del gobierno al asociar la figura de Bayer con ideologías ajenas a su pensamiento. Bayer, quien era un anarquista libertario, nunca fue parte de ninguna corriente política como el kirchnerismo, algo que, según Valko, fue mal interpretado por las autoridades.

Un acto de censura cultural

Para Valko, la remoción del monumento es un claro ejemplo de censura cultural y un intento de borrar la memoria colectiva de aquellos que lucharon por la justicia social. Este acto, a su juicio, refleja una distorsión de la historia, donde se intenta acallar las voces de los que han defendido la dignidad de los pueblos oprimidos.

El gobierno de Javier Milei, según Valko, está cometiendo una serie de errores graves que se suman a la violencia simbólica y política de este tipo de acciones. Sin embargo, lo positivo es que la indignación popular y el compromiso de la comunidad están llevando a una revisión de este acto, con promesas de restauración del monumento en el futuro cercano.