La estrategia del Gobierno que movilizó USD 7.000 millones en exportaciones

La decisión de Javier Milei de suspender momentáneamente las retenciones a las exportaciones agrícolas generó un efecto inmediato: en apenas 48 horas, se programaron envíos por cerca de 7.000 millones de dólares. Grandes empresas como Bunge Global, Cargill y Louis Dreyfus aprovecharon la oportunidad para acelerar sus operaciones, buscando maximizar beneficios antes de que los aranceles se reestablecieran, cosa que ocurrió poco después, con tasas que rondan el 25% para la soja y el 10% para maíz y trigo.

Impacto récord en la comercialización agrícola y la tensión entre productores y exportadores

Esta rápida sucesión de eventos desencadenó un récord en la venta de cereales y oleaginosas: casi 20 millones de toneladas fueron reservadas para exportación, la cifra más alta desde 2011 según el Departamento de Agricultura. Sin embargo, este frenesí también dejó en evidencia la creciente frustración de los productores, quienes sienten que los comerciantes se quedan con la mayor parte de las ganancias, mientras ellos enfrentan costos y riesgos crecientes.

Un tira y afloja que expone las contradicciones del mercado agrícola argentino

Si bien los precios de la soja y otros granos subieron significativamente -por encima de los 350 dólares la tonelada-, gran parte del beneficio se concentró en los exportadores que se apresuran a cumplir sus contratos. Mientras tanto, muchos productores retienen la mercadería esperando mejores condiciones, apoyados por su poder financiero. Esta situación genera una tensión creciente, justo en un contexto donde el sector agrícola reclama mayor liberalización y menos intervención estatal para potenciar su desarrollo.