El paisaje en Lavalle al 2700-2800, en el barrio San Bernardo de San Miguel de Tucumán, habla por sí solo: aguas servidas brotando de las bocas de tormenta, calles intransitables cada vez que llueve y un olor penetrante que se mete en las casas. Los vecinos están hartos de las malas obras de la Sociedad Aguas de Tucumán (SAT).

"Esto no es agua, es mierda", lanza sin rodeos una vecina. "Cuando pega el sol no se puede ni respirar. Y en verano esto es un criadero de mosquitos. Yo ya tuve dengue, y te lo digo con conocimiento", agrega otra.

La acumulación de líquidos cloacales ha convertido al pasaje Benjamín Paz en un foco de insalubridad. Las veredas cubiertas de musgo verde y la proliferación de insectos empeoran con el calor, mientras las cloacas siguen rebalsando sin control.

Sin agua de día, sin descanso de noche

Como si no alcanzara con la situación cloacal, las casas del barrio también sufren una crisis hídrica crónica. El agua apenas sale durante la madrugada, y quienes necesitan lavar ropa o llenar una cisterna tienen que levantarse en plena noche.

"Yo no salgo a bailar, me levanto a las 3:30 de la mañana a poner el lavarropas", ironiza una vecina. "Después de las 7 no hay presión. Hasta la medianoche no vuelve una gota."

Las boletas, sin embargo, no reflejan esta realidad. "Pago más de 19 mil pesos por mes. ¿Por qué tengo que pagar si no tengo servicio?", cuestiona otra residente que depende de una cisterna para poder subsistir.

Promesas, reclamos y ninguna solución

La bronca no es nueva. Los vecinos aseguran que vienen presentando notas y pedidos desde hace más de 15 años, pero la SAT y las autoridades nunca dieron una solución definitiva.

"Te dicen que reclames, que ya va a venir alguien... y nunca pasa nada", denuncian. "¿Dónde están los 200 pozos que dicen que hacen? Porque acá no se ve nada."

Mientras las promesas de obras públicas se multiplican en los medios, la realidad en el barrio de San Bernardo parece detenida en el tiempo. Los vecinos sienten que quedaron olvidados por completo.

2025: sin cloacas, sin agua, sin respuestas

En pleno 2025, que haya barrios enteros viviendo con calles rebalsadas de cloaca, sin acceso normal al agua y con riesgo permanente de dengue es simplemente inaceptable. La falta de respuestas concretas por parte de la SAT y las autoridades provinciales alimenta un hartazgo colectivo que crece día a día.