El conflicto con los controladores aéreos escala a nivel nacional y genera tensión entre el Gobierno y el gremio Atepsa, que anunció paros durante diez días de julio. Las medidas se aplicarán entre las 12 y las 14 horas y afectarán tareas clave para la operación de vuelos, como la autorización de despegues, el movimiento en pista y la gestión de planes de vuelo.

Desde el Gobierno calificaron la decisión del gremio como una "extorsión" que perjudica tanto a trabajadores como a pasajeros. Fuentes oficiales señalaron que se está "trabajando contrarreloj" para minimizar el impacto en las operaciones, especialmente ante el inicio de las vacaciones de invierno, cuando se registra la mayor demanda de vuelos del año.

Además, acusaron a la conducción sindical de tener un "alineamiento con el kirchnerismo" y afirmaron que hay una "desafiliación masiva" en los aeropuertos debido al rumbo adoptado por Atepsa.

Críticas cruzadas por seguridad y judicialización del conflicto

Atepsa denunció la "desregulación salvaje" del sector impulsada por el ministro Federico Sturzenegger y sostuvo que el conflicto lleva más de diez meses sin respuestas por parte de EANA, ANAC ni Transporte Aéreo. En paralelo, presentó una cautelar ante la Justicia para que la ANAC no limite el derecho a huelga.

El Ejecutivo reaccionó con dureza: "Se niegan a garantizar el 45% de los despegues por hora, como indica el convenio colectivo. Si la Justicia habilita esta cautelar sin considerar el impacto operativo, se pone en riesgo la seguridad aérea", alertaron.

Desde el oficialismo reiteraron que la seguridad operacional "no puede ser una variable de negociación sindical" y adelantaron que trabajan en medidas para asegurar el cumplimiento parcial de los vuelos previstos.

Impacto directo en el turismo y preocupación en las aerolíneas

La medida gremial se superpone con el inicio del receso escolar en provincias como Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Mendoza y Santa Fe. El sector turístico ya advierte cancelaciones de reservas ante la incertidumbre.

Las aerolíneas, por su parte, monitorean la situación con preocupación. Aunque podrían operar parcialmente, la falta de claridad sobre el alcance del paro y las decisiones judiciales genera alarma en toda la industria.