Marcas de ropa bajan precios y adelantan liquidaciones por caída del consumo y suba de importaciones

El sector textil enfrenta un escenario desafiante: menos ventas y más competencia extranjera.

El mercado de la indumentaria en Argentina atraviesa uno de sus momentos más complejos. Con una fuerte retracción del consumo y una avalancha de productos importados a precios más bajos, las principales marcas locales decidieron aplicar una estrategia de emergencia: recortar precios, activar promociones permanentes y adelantar las liquidaciones de temporada.

Según datos de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), entre enero y abril de 2025 las importaciones aumentaron un 121% en volumen y un 83% en dólares, empujadas principalmente por prendas provenientes de China. Esta situación generó una presión inmediata sobre los precios del mercado interno.

Promociones agresivas, ajustes de márgenes y una carrera por no perder terreno

Frente a la baja en las ventas, marcas como Etiqueta Negra, Gola y Equus bajaron sus precios entre un 10% y un 40%, buscando recuperar parte del terreno perdido. "Nos adaptamos a la nueva realidad: la baja de aranceles de importación nos permite ofrecer precios más accesibles", explicó Federico Álvarez Castillo, titular de algunas de estas firmas.

Otras marcas, como Cheeky, Como Quieras, Awada y Grisino, vienen trabajando desde hace meses en reducir sus márgenes y ofrecer promociones constantes. La lógica es clara: menos margen, más volumen.

En paralelo, compañías como Portsaid, System Basic y Desiderata, del Grupo Mazalosa, apostaron por mantener precios ajustados pero estables, evitando saturar al consumidor con descuentos, y apostando a la fidelización mediante programas de lealtad.

Marcas de ropa bajan precios y adelantan liquidaciones por caída del consumo y suba de importaciones

Menos exportaciones, más importaciones: una combinación preocupante

Mientras que las importaciones se dispararon -con un valor promedio por prenda de USD 17,7-, las exportaciones de indumentaria se derrumbaron un 18% en dólares y un 21% en volumen. El resultado: las marcas locales no solo enfrentan una menor demanda interna, sino que también ven reducidas sus chances de vender al exterior.

Además, la liberalización comercial trajo consigo una reducción de aranceles: pasaron del 35% al 20% en indumentaria, y también se redujeron en tejidos e hilados. Este escenario favorece la entrada de productos extranjeros más baratos, pero pone en jaque a la industria local, que reclama por reformas laborales y alivios impositivos para seguir siendo competitiva.

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