Los nuevos dueños de la luz: quiénes son los empresarios detrás de la compra de EDET
El fondo Inverlat, junto a Rubén Cherñajovsky, Luis Galli y la familia Neuss, desembarcó en Tucumán con la compra de EDET. Quiénes son los nuevos dueños de la distribuidora eléctrica, su historial de negocios, vínculos políticos y las dudas sobre el futuro del servicio.
La llegada de un grupo de inversores al norte argentino abrió más dudas que certezas sobre quiénes están detrás de las inversiones en servicios públicos que impactan en toda la población.
A través del flamante holding Edison Energía, el fondo Inverlat Investments -dueño de Havanna- se asoció con la familia Neuss, el empresario Rubén Cherñajovsky y el CEO de Newsan, Luis Galli, para quedarse con EDET (Tucumán), EJESA (Jujuy), la transportista LITSA y la hidroeléctrica de Potrerillos (Mendoza).
Según publicó La Nación, la operación fue valuada en unos US$300 millones y promete un plan de inversión para modernizar las redes. Sin embargo, detrás de los anuncios se esconde una trama de poder, negocios controvertidos y vínculos políticos que merece ser revisada.
Rubén Cherñajovsky: del "zar de la electrónica" al negocio energético
Fundador del Grupo Newsan, Cherñajovsky construyó un imperio con marcas como Noblex, Atma y Siam, favorecido por los beneficios fiscales en Tierra del Fuego. Su empresa creció al calor de políticas de protección arancelaria y supo adaptarse a distintos gobiernos.
En 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri, selló un acuerdo con la firma danesa Vestas para fabricar aerogeneradores y dio su primer paso en energía. Ahora, con Edison Energía, es accionista de las principales distribuidoras del NOA.
No obstante, su trayectoria está marcada por polémicas. Como reveló el portal Letra P, un exsocio lo denunció por defraudación, vaciamiento y lavado de dinero, acusando a la cúpula de Newsan -con el propio Galli incluido- de presiones y amenazas. Aunque no fue condenado, el caso expuso prácticas empresariales poco transparentes y un modo de hacer negocios muy dependiente de favores estatales.
De izq a der: Juan Neuss, Patricio Neuss, Rubén Cherñajovsky, Luis Galli, Federico Salvai y Carlos Giovanelli
Luis Galli: de los medios al poder eléctrico
Actual CEO y presidente de Newsan, Galli es la mano derecha de Cherñajovsky. Con pasado en UNO Medios (del Grupo Vila-Manzano), fue protagonista de la disputa entre el kirchnerismo y el Grupo Clarín en 2011, cuando denunció públicamente el "abuso de posición dominante" de Cablevisión, según informó Clarín en ese momento.
En Newsan condujo la diversificación hacia alimentos y consumo masivo, y hoy integra el núcleo inversor de Edison Energía. Su nombre también aparece en el conflicto societario de Newsan: según documentos judiciales citados por La Nación y Letra P, fue señalado como ejecutor de presiones indebidas contra socios minoritarios.
Aunque mantiene un perfil más técnico que político, su carrera siempre estuvo atravesada por negocios regulados. Su desafío será demostrar que en el mundo eléctrico no repite las mismas fórmulas de presión y privilegios.
La familia Neuss: del menemismo al mileísmo
La familia Neuss: del menemismo al mileísmo
Los Neuss son, quizás, los socios más controvertidos de la operación. Con más de un siglo en los negocios, la familia se hizo fuerte en los '90 al calor de las privatizaciones del gobierno de Carlos Menem. El patriarca Jorge Neuss fue íntimo amigo del riojano y su nombre quedó ligado al escándalo de Thales Spectrum, la concesión del espectro radioeléctrico que luego fue revocada por irregularidades, un caso que la prensa de entonces describió como uno de los grandes símbolos de la corrupción de la década.
En el sector eléctrico, los Neuss controlan desde hace décadas la distribuidora Edersa (Río Negro), cuestionada por su deficiente servicio y por sucesivos choques con el gobierno provincial. También fundaron Harz Energy, dedicada a renovables y petróleo.
Con el macrismo intentaron ampliar su presencia en proyectos de energía solar, en sintonía con la política de Juan José Aranguren, y más recientemente mostraron interés en áreas petroleras de YPF en Chubut y Santa Cruz, según informó EconoJournal.
Hoy, bajo la presidencia de Javier Milei, la familia se reposiciona de la mano de la nueva camada, encabezada por Juan y Patricio Neuss, vecinos y amigos del estratega presidencial Santiago Caputo. Como describió El Diario AR, tras aportar a la campaña de Patricia Bullrich, terminaron alineándose con Milei y son beneficiarios de un esquema tarifario que mejora sustancialmente los ingresos de sus distribuidoras.
¿Qué significa para Tucumán?
El desembarco de Edison Energía en EDET plantea un interrogante inquietante. Los nuevos accionistas llegan con fortunas construidas en sectores tan disímiles como la electrónica, el real estate o las finanzas, y con escasa experiencia concreta en la gestión de servicios públicos eléctricos -salvo la familia Neuss, que controla Edersa en Río Negro con un historial de críticas y conflictos.
Y EDET no es una distribuidora cualquiera: arrastra un historial de mal servicio, cortes reiterados, infraestructura obsoleta y falta de inversión. Basta recordar que en 2024 el gobierno provincial multó a la empresa por $233 millones por incumplimientos de calidad, como publicó La Gaceta de Tucumán.
Los tucumanos, que ya pagan caro por una energía de pésima calidad, ahora quedan a merced de inversores que priorizan la rentabilidad antes que la calidad de vida de la población.
El interrogante es inevitable: ¿estos nuevos dueños garantizarán la modernización que Tucumán necesita o repetirán la fórmula de siempre -tarifas en alza, inversiones mínimas y ganancias extraordinarias-?
Los antecedentes muestran que cuando empresarios sin trayectoria real en el sector toman el control de servicios públicos, los usuarios terminan pagando las consecuencias. En Tucumán, donde la paciencia con EDET está agotada, la llegada de estos nuevos dueños genera un riesgo demasiado grande como para mirar hacia otro lado.