Este miércoles por la mañana, en un clima de profunda emoción, comenzaron las exequias del papa Francisco. Las cámaras captaron el momento exacto en que su féretro fue trasladado desde la residencia de la Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro, donde fieles de todas partes del mundo podrán acercarse a despedirlo.

El rito inicial estuvo a cargo del cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, quien encabezó una oración íntima en la residencia papal. Posteriormente, se inició la procesión solemne por los jardines vaticanos rumbo al corazón espiritual de la Iglesia Católica.

El féretro permanecerá expuesto durante tres jornadas en la Basílica, permitiendo que los fieles expresen su respeto y afecto hacia el pontífice argentino. Se esperan miles de visitantes, incluyendo autoridades eclesiásticas, diplomáticos, líderes políticos y ciudadanos comunes.

Será un tiempo de oración, silencio y recogimiento, pero también de reflexión sobre el legado de Jorge Mario Bergoglio, quien marcó a fuego su pontificado con una impronta social, pastoral y global.

Durante su papado, Francisco abordó cuestiones de enorme trascendencia como el cambio climático, la pobreza, la desigualdad y los abusos dentro de la Iglesia. Sin embargo, también dejó huellas más íntimas: sus gestos espontáneos, su afición por el mate, su sentido del humor y sus mensajes inesperados en redes sociales humanizaron su figura ante millones.

Así, mientras el mundo lo despide con respeto y admiración, el papa Francisco se encamina a su última morada terrenal rodeado por el afecto de una Iglesia que hoy, más que nunca, reza unida.