En la Escuela de Cine sobran ganas pero faltan recursos
Planes desactualizados y la falta de dispositivos tecnológicos son algunos de los problemas que rondan en torno a la Escuela de Cine.
Para empezar, hay que saber que cuando hablamos de la famosa carrera que está en Canal 10, no estamos hablando de una facultad, sino de una escuela. Para algunos, quizás, es algo insignificante, pero para quienes estudian ahí, marca una gran diferencia en relación a otras facultades de la UNT. Principalmente, porque existe una diferencia en la cantidad de presupuesto que reciben las Escuelas en relación a las Facultades.
La Escuela de Cine nace en el año 1946 de la mano de Héctor Cosme Peirano, como el Instituto Cine-fotográfico de la UNT (ICUNT). Posteriormente, en 1966, se funda en el mismo predio Canal 10 Televisora Universitaria y recién el año 2005, surge efectivamente la Escuela de Cine, Video y Televisión. "El cine es el séptimo arte, entonces es una escuela en la que hay arte, por lo tanto, partimos de una precarización institucional. Además de que somos escuela, somos una escuela en la que se enseñan artes. La precarización institucional es algo que está de base", comenta Nina Sostnisky, Secretaria General del Centro de Estudiantes de Cine, La Vallejo.
Por qué además de estudiar, hay que sacar turnos y pilotear
Que en la UNT faltan recursos, no es novedad. Ignacio Ortiz, estudiante de la carrera, nos cuenta que "en relación a los dispositivos de la escuela, por supuesto que cuenta con dispositivos. No se puede negar que para que haya una escuela de cine, efectivamente tiene que haber dispositivos. No obstante, el problema es que, logísticamente, no hay suficientes dispositivos para el alumnado."
"Ingresan más de 100 alumnos y quizá la disponibilidad tecnológica no es suficiente. Bah, no es un ‘quizás', no es suficiente". Además, explica que esta situación sería insostenible si no hubiera alumnos que lleven dispositivos personales.
Pero aquí, lo que llama la atención, es que incluso tienes que sacar turnos. "No hay tantos equipamientos, son pocos los que hay, entonces nos tenemos que turnar al momento de usarlos, pero bueno, por el momento, se la viene piloteando y llevando bien", explica la Secretaria General de La Vallejo, tal vez, naturalizando un poco la situación. Sin embargo, naturalizar y fingir demencia, es algo a lo que los alumnos de la UNT estamos bastante acostumbrados.
El sistema de turnos, explica Nacho, es bastante burocrático. Para acceder a los dispositivos, debés tener cierta prioridad que te posicione primero en la lista. ¿Y de qué depende que estés primero o último? Del año que estés cursando y del contexto en el que tengas que utilizar esos equipos. "El alumnado se tiene que armar solo y no lo digo en un sentido de está bueno que se arme, sino en un sentido de ‘bueno, no nos queda de otra'", señala Nacho.
De todas maneras, cabe recalcar que dentro de la Escuela de Cine, si bien hay poco material, se intentan resolver las problemáticas de algunas de las áreas más descuidadas. El año pasado, hubo una incorporación de aparatos de sonido. "Sonido es un área que estaba más descuidada, porque obviamente no hay plata", explica Nacho. Además, hay otros tipo de problemas que se intentan resolver ahora mismo, por ejemplo, el tema del acceso a Internet para las áreas que lo necesitan para poder trabajar, como lo son montaje o sonido.
"Me atrevería a decir que quizás ya está resuelto, pero si uno lo piensa, en realidad, son cuestiones que una escuela de cine no tendría que resolver ahora, sino que deberían estar resueltas desde antes, no resolverlas en el momento", explica.
Otro hecho interesante es que el área de fotografía pone una condición para realizar el Trabajo Práctico Final y es que deben utilizar una cámara de cine profesional. ¿Lo llamativo? La escuela tiene una sola cámara de este tipo. Una sola cámara profesional para todo el alumnado, la que data del año 2017-2018 y que, según sus estudiantes, cuenta con algunos desperfectos.
El problema es también espacial
Sus estudiantes nos cuentan que a la falta de dispositivos y la mala conexión a internet, se les suma la falta de espacio físico para poder desarrollar correctamente las actividades, principalmente de fotografía y montaje. "Hay materias y áreas que comparten aulas, entonces también hay un problema logístico espacial, no hay un espacio dedicado, no hay un set específico", explica Ignacio.
Y a causa del superávit de alumnos que se experimenta, principalmente en los primeros años, se están construyendo aulas nuevas, pero el tema es que estas aulas no son sets de grabación, que es también una de las carencias que presenta la escuela. "Las carencias se entienden, pero son cosas que hay que remediarlas ya", entiende el estudiante.
Un plan de estudios tan viejo como las analógicas
Adobe Premiere, After Effects, Windows Movie Maker y Edius 7 son algunas de las herramientas que más se usan en los audiovisuales para poder realizar la edición y montaje.
Nina nos cuenta que a nivel de capacitación digital, se los capacita con herramientas digitales y softwares de audio, pero sólo en cuanto a programas de postproducción. Sin embargo, explica que en términos generales, no se les enseña a usar programas esenciales. "No vemos Premiere, tampoco After Effects. Esas son cosas que cada estudiante de cine tiene que aprender por su propia cuenta y en el momento de salir a laburar obvio que nos condiciona si sabemos usar esos programas. Se aprende mucho con tutoriales, pero bueno, si son temáticas que la facultad debería incorporar", considera Nina.
Sin embargo, la estudiante explica que esa falta de capacitación digital tiene un problema de base y es el plan de estudios. "El plan de estudios no está actualizado y todavía sigue el plan desde la época en la que todavía había cosas analógicas, entonces, por supuesto que no existía Premiere o After Effects hace 15 a 20 años", aclara. Y, cuando la facultad como institución o los docentes no intervienen, le toca al Centro de Estudiantes actuar.
Nina nos cuenta que el Centro de Estudiantes, en articulación con la secretaría académica, están empezando a interiorizarse con ciertos aspectos del plan de estudios para reformarlo: "Esto será a largo plazo y todavía está muy verde. No es que ya arrancamos con el proceso, pero ya venimos articulando y pensado un plan de vida institucional, de actualización de plan académico, justamente para incluir todas las herramientas y enseñanzas".
Un plus a nivel nacional
Respecto al nivel académico y a la relación que tiene con otras escuelas de cine, es que la Escuela de Cine de Tucumán tiene un plus o una particularidad: los títulos. La escuela de cine te permite recibirte con una licenciatura, mientras que la mayoría de las escuelas, sólo otorga una titulación de técnico, principalmente en las escuelas de la ENERC. "En una instancia laboral, siendo licenciado, podés enseñar, lo cual es ya conseguir un trabajo rápido, en relación a ser técnico, que lo único que puedes hacer a grandes rasgos es trabajar en las áreas de cine de manera un poco más freelance", explica Nacho en relación a las ventajas de la escuela.
También, el joven estudiante destaca la pluralidad de perspectivas que abundan en la Escuela de Cine: confluyen un montón de formas de enseñanza que vienen de distintas escuelas de cine. Hay profesores que provienen de la ENERC y eso implica que son de la misma escuela que la directora argentina más importante del planeta, que es Lucrecia Martel. Y otros provienen de la Escuela de Córdoba y otros de la Fundación de la Universidad de Cine. Hay toda una mezcla de conocimiento que a veces pueden tener contradicciones y se pueden poner en discusión también".
Existe una realidad y es que en Argentina, el cine no es una carrera esencial. Sin embargo, no por ello significa que quienes deseen estudiar este arte, merecen peores condiciones académicas o seguir encasillados en la categoría de escuela.