La Corte Suprema de Tucumán revisará la condena por abuso del caso de la joven que dijo haber sido obligada a acusar su padre
La hija del condenado aseguró que fue obligada por su madre a denunciar falsamente a su padre. El hombre ya cumplió casi la mitad de la pena de 13 años.
La Corte Suprema de Justicia de Tucumán decidió hacerse cargo de un caso judicial de extrema complejidad, luego de que una joven confesara que fue obligada por su madre a acusar falsamente a su padre por abuso sexual. El expediente llega al Máximo Tribunal cuando el condenado ya lleva casi la mitad de la pena cumplida.
La presentación fue realizada por los abogados Silvia Furque y Cergio Morfil, quienes solicitaron la revisión de la condena impuesta a F.R.R., de 43 años, sentenciado a 13 años de prisión por un hecho ocurrido en 2015.
La confesión que reabrió el caso
La joven, identificada como S.A.R., relató ante la Justicia que la denuncia nunca fue iniciativa suya y que fue sometida a violencia física y psicológica por parte de su madre para sostener la acusación contra su padre. Según su testimonio, cada intento de decir la verdad era reprimido con golpes y amenazas.
La causa se originó en octubre de 2015, cuando E.R.P., madre de la adolescente y ex pareja del condenado, denunció que el hombre había abusado de su hija cuando tenía entre 5 y 6 años. El relato fue respaldado por una declaración en Cámara Gesell que, en ese momento, fue considerada válida por la Justicia.
Sin embargo, años después, la joven aseguró que llegó a esa instancia bajo coerción. Incluso relató que ocultaba lesiones físicas producto de los golpes recibidos para sostener la versión impuesta. En septiembre de 2019, pese a la defensa del acusado y a versiones alternativas que apuntaban a un tercero, el tribunal lo condenó.
El pedido de revisión ante la Corte tucumana
El punto de quiebre se produjo en marzo de 2021, cuando S.A.R., siendo aún menor de edad, logró pedir ayuda a una tía materna y denunciar la situación de violencia intrafamiliar. Intervinieron organismos de protección de la niñez y la Oficina de Violencia Doméstica, pero la condena penal ya estaba firme.
Desde entonces, la joven inició un proceso terapéutico y decidió impulsar formalmente la revisión del fallo. Sus abogados argumentan que la sentencia se basó en un testimonio viciado por violencia, lo que constituye un hecho nuevo de gravedad institucional.
El caso tomó mayor relevancia pública tras la difusión de antecedentes similares, como el del médico Pablo Ghisoni, absuelto luego de que uno de sus hijos confesara haber sido inducido a denunciar falsamente. Ese antecedente fue citado como referencia en la presentación judicial.
Ahora, la Corte Suprema de Tucumán deberá analizar si corresponde reabrir la causa, revisar la condena o disponer nuevas medidas probatorias. La decisión será clave no solo para el futuro del condenado, sino también para sentar jurisprudencia en casos de denuncias falsas y violencia intrafamiliar.