Aunque los detalles definitivos del paro se definirán en una reunión interna este jueves, la central sindical ya dejó claro que se tratará de una demostración de fuerza en el marco de su creciente tensión con el Gobierno de Javier Milei.

En un encuentro reciente, Héctor Daer, uno de los líderes del triunvirato de la CGT, explicó que la medida de fuerza de 24 horas es parte de un plan de "acciones en repudio a la presión" que enfrentan los trabajadores, anticipando que la movilización tendrá lugar antes del 10 de abril.

La presión interna dentro de la CGT

Dentro de la CGT, el ala dura y las bases sindicales han venido presionando fuertemente por este paro, mientras que el sector más dialoguista intentaba evitar las medidas de fuerza. Sin embargo, la creciente tensión con el Ejecutivo, especialmente después de los incidentes en el Congreso la semana pasada, ha llevado a la central obrera a acelerar la decisión.

Además del paro general, las movilizaciones previstas en los próximos días también incluyen protestas por los derechos de los jubilados y actividades por el Día de la Memoria, lo que complica aún más el escenario político para el Gobierno.

¿Cómo afecta esta medida al Gobierno de Milei?

El Gobierno, por su parte, mantiene la postura de que las protestas y paros en general terminan beneficiando a la gestión, desgastando la imagen de los sindicatos. A pesar de esto, la Casa Rosada busca capitalizar la situación dentro del peronismo para fortalecer su posición política de cara a las próximas elecciones.

La fecha del paro general coincide con otras movilizaciones de gran peso: el lunes y martes habrá paros de docentes universitarios, el miércoles se repetirá la marcha de jubilados, y el jueves podría haber sesiones clave en el Congreso. Todo esto crea un contexto de creciente conflictividad que parece desafiar la estabilidad política de la administración de Milei.