Este jueves, trabajadores bancarios, sindicalistas y representantes de diferentes sectores realizaron un abrazo simbólico a la Casa de la Moneda, en el barrio de Retiro, para protestar contra el posible cierre de la emblemática institución. 

La movilización fue organizada en respuesta a la "readecuación" anunciada por el Gobierno Nacional, que fue interpretada por los trabajadores como un paso hacia el vaciamiento de la entidad y la eventual pérdida de cientos de empleos.

El secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, fue uno de los principales oradores en el acto. "Solicitamos el no cierre de la Casa de la Moneda. Queremos expresar la más absoluta solidaridad y compromiso militante. La institución no debe cerrarse y no debe ser el negocio de los amigos del gobierno, que es lo que pretenden", afirmó Palazzo ante una multitud de manifestantes. A su lado, Alejandra Estoup, secretaria general de la Seccional Buenos Aires, junto con otros miembros del Secretariado Nacional de la Bancaria, reafirmaron su apoyo a los trabajadores afectados.

El anuncio de "readecuación", según denuncian los sindicatos, representa una profundización del vaciamiento que vienen señalando desde hace tiempo. Este proceso pone en peligro el funcionamiento de la Casa de la Moneda, una entidad con casi 150 años de historia que cumple un rol fundamental en la producción de billetes y monedas del país. 

Los trabajadores temen que el ajuste propuesto por el Gobierno pueda desembocar en privatizaciones o concesiones a empresas cercanas al poder, lo que agravaría aún más la situación.

La Asociación Bancaria dejó en claro su posición frente a esta amenaza. "Nos comprometemos a defender cada puesto de trabajo y el patrimonio público que representa la Casa de la Moneda. No permitiremos que se vulneren los derechos de los trabajadores ni que se dilapide un bien que pertenece a todos los argentinos", sostuvo la dirigencia gremial.

La protesta de este jueves contó con la participación de otros sindicatos, que también se solidarizaron con los empleados de la Casa de la Moneda y compartieron su preocupación por el impacto social que podría tener el desmantelamiento de esta histórica institución.