La actividad ancestral de producir vino artesanal en los valles

En Amaicha del Valle se encuentra la primera bodega comunitaria de Latinoamérica que nació de una fuerte tradición en los Valles Calchaquíes.

Cuando el español llegó e introdujo la vid en el Valle Calchaquí, los pueblos originarios se apropiaron de la práctica y lograron introducirla en su vida cotidiana. Inició la producción de vinos pateros, que se convirtieron en una tradición. Mientras tanto, en otros lugares, la producción se industrializaba debido a los grandes poderes económicos que habían ingresado al país.

En un principio, las botellas no tenían identificación, lo que produjo que muchas sean decomisadas y disminuyan las ventas. El cacique se preocupó porque la actividad corría riesgo de desaparecer. Como respuesta a esta problemática, se decidió hacer una bodega que sea de carácter comunitario para sostener las políticas del pueblo. Actualmente los habitantes de los valles buscan sostener la producción vitivinícola en el tiempo.

En 2016, se hizo una primera vendimia inaugurando la bodega. Posteriormente, la comunidad supo que Los Amaichas es la primera bodega comunitaria en Latinoamérica, y la tercera en el mundo, administrada por un pueblo originario. 

Su administrador, Sebastián Pastrana, se dedica a la actividad turística, luego del fallecimiento de su padre, quien ocupó el cargo anteriormente, decidió reemplazarlo y continuar apostando por este proyecto. "Es una labor voluntaria, nosotros no cobramos un sueldo", puntualiza.

"Ver lo que tus manos produjeron es algo maravilloso"

La bodega cuenta con herramientas industriales, fijas en el establecimiento, y otras móviles que suelen prestarse a los pequeños productores que deseen hacer vinos artesanales. Esa actividad era realizada solo por adultos mayores, pero este año, Sebastián se llevó una grata sorpresa al ver familias, sobre todo jóvenes, que decidieron hacerlo. Están quienes consideran esto algo negativo, ya que no se le brindaba tanta producción a la bodega. Sin embargo, para Sebastián fue muy positivo, ya que significa que la tradición aún se mantiene. También remarca lo importante que es para él ver reflejado el esfuerzo: "En un cumpleaños, en la recibida de un amigo o en un casamiento, ver un vino hecho por uno mismo es muy emocionante".

Qué significa ser una bodega comunitaria

Existe una gran diferencia que es necesaria remarcar: lo privado de lo comunitario. El ejemplo más común para entenderlo es compararlo con el trabajo en una cooperativa: allí las decisiones son tomadas por todos los socios, por el contrario, en un ámbito comunitario, todos los ciudadanos están involucrados. "Desde el productor hasta un recién nacido", menciona Sebastián. El objetivo principal es romper con el individualismo que tanto impregna nuestra sociedad.

El promedio de beneficiarios de la bodega es de aproximadamente 40. Aunque este año fueron menos y se notó mucho debido a la helada tardía que sufrieron todos los productores vitivinícolas el año pasado.

Para la comunidad de Amaicha, ser la primera bodega comunitaria de Latinoamérica significa un orgullo, y la importancia de mantener lo que heredaron llevándolo como distintivo. Esto les trae aparejado el beneficio de difundir no solo su producción sino todas las actividades que se pueden realizar en la comuna, por ejemplo, la ruta del artesano o el turismo rural comunitario, entre otras.

La variedad que identifica a Bodega Los Amaichas es la criolla, ya que con ella se produce el vino que da identidad a los amaichas. Existen viñas de más de 200 años en la zona de Los Zazos.

Por último, Sebastián comenta que, más allá del trabajo del gobierno, tanto provincial como nacional, hace falta más inversión en el rubro. Aunque remarca que son conscientes de que deben seguir trabajando y no bajar los brazos.

Con respecto a las proyecciones a futuro esperan poder ampliar el espacio, el servicio y edificar un comedor con una vista panorámica, desde donde se puedan observar todos los puntos turísticos para recorrer en Amaicha.

Todavía queda un camino largo para el sector público y el privado, sobre todo, en materia de políticas públicas, para continuar creciendo. Por ello, es importante destacar el trabajo de la industria vitivinícola en Tucumán.


Esta nota habla de:
Nuestras recomendaciones