En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, visitamos Juntarnos, el bar inclusivo de Yerba Buena que se convirtió en modelo de accesibilidad y trabajo digno en el norte argentino. Un espacio donde la inclusión no es discurso, sino práctica cotidiana.

Un espacio diseñado para todos

Ubicado sobre avenida Perón al 2200, en Yerba Buena, Juntarnos sorprende desde el primer paso: rampa de acceso, señalización adecuada, pisos podotáctiles y circulación accesible. El lugar fue construido con una premisa clara: que el espacio se adapte a las personas, y no al revés.

Carolina Navas, encargada del bar, explica que cada detalle fue pensado para brindar autonomía.

"Todo está adaptado. Los pisos podotáctiles recorren el local y las rampas conectan cada sector, incluso la plaza de juegos que hicimos accesible para chicos con o sin discapacidad", expresó.

Inclusión real: cartas accesibles y baños adaptados

La accesibilidad continúa en cada rincón. Las puertas de los baños tienen escritura braille y pictogramas, mientras que uno de los sanitarios cuenta con iluminación por sensor, bacha apta para sillas de ruedas, espejo regulable y barras de apoyo.

La carta también refleja este enfoque: está disponible con pictogramas -pensados para personas con TEA y otras condiciones- y en sistema braille. Hasta las mesas fueron diseñadas para permitir un uso cómodo y seguro.

Trabajo y capacitación para una verdadera igualdad

La inclusión en Juntarnos no es solo infraestructura: también atraviesa al equipo. Allí trabajan 34 personas con discapacidad en un programa de capacitación laboral que les permite desarrollar habilidades en gastronomía y atención al público.

"Queremos visibilizar sus capacidades y acompañarlos para que puedan acceder a un trabajo digno en cualquier otro espacio", explica Navas. "Con el acompañamiento adecuado, todo se puede aprender".

Un modelo necesario para el norte argentino

Aunque el Día Internacional de las Personas con Discapacidad se conmemora desde 1992, en Argentina todavía falta acción concreta. Juntarnos se convierte así en un ejemplo de lo que debería multiplicarse: lugares donde la inclusión sea la regla y no la excepción.

"Integrar no es incluir. En la inclusión, el espacio es el que se adapta para que todas las personas puedan estar", reflexiona Navas.

En un país donde 10 de cada 100 personas tienen algún tipo de discapacidad, iniciativas como esta no solo son valiosas: son urgentes.