Tras el escándalo que involucra a la Policía de Tucumán, el jefe de Policía, Joaquín Girvau, habló con la prensa y mencionó: "El primer análisis es de mucha bronca. Es una actitud de sinvergüenza: estamos al servicio de la comunidad. Han defraudado a la institución, a este uniforme y al prestigio que se ha ganado la policía. Esto tira a la borda todo lo que hicimos". 

Girvau admitió la gravedad del hecho y confirmó la apertura de sumarios administrativos: "Ya tenemos tres sumarios en curso. Si tienen que quedar detenidos más policías, quedarán. Vamos a poner todo a disposición de la justicia".

El jefe policial también se mostró crítico con la lógica que permitió el episodio y con sus responsables: "Han tirado 30 años de carrera, han defraudado a su familia. Es una vergüenza. Si hace falta cambiar hasta un comisario general, se cambia".

Sobre los detenidos que trabajaban en la obra, Girvau explicó que fueron trasladados a la cárcel de Benjamín Paz y que la oficina de ejecución penitenciaria está remitiendo los listados necesarios: "Hoy y mañana quedará todo más claro, no vamos a esperar 10 días para hacer una investigación corta".

Para cerrar, reafirmó la postura de la fuerza: "El delincuente también puede ser un policía. No hay impunidad. Si la Justicia los juzga y encuentra culpables, que paguen. Vamos a seguir siendo firmes con el delincuente y con los policías que incumplen la ley".