En un encuentro de diagnóstico crudo y perspectivas sombrías, seis referentes de la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) se reunieron el martes pasado con el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Coordinación Productiva, Pablo Lavigne. El eje central de la reunión fue la alarmante destrucción de empleo formal en el sector, que según los empresarios podría acelerarse el año próximo si no hay un cambio de rumbo en la política económica.

Los números presentados fueron contundentes: según registros de la propia UIA, entre enero y septiembre se perdieron 21.190 puestos industriales formales, una tendencia que continuó en octubre y noviembre a un ritmo de 4.000 despidos por mes. Desde el inicio del gobierno de Javier Milei, el sector acumula una pérdida total de 51.000 empleos registrados.

El pronóstico alarmante para 2026

Frente a este escenario, los industriales plantearon un pronóstico directo: si no se toman medidas, la sangría laboral podría mantenerse o incluso acelerarse en 2026, con una pérdida de hasta 5.000 puestos formales por mes. "Le dijimos que si no mejora un poco la actividad y toman algunas medidas, ese número puede subir y mantenerse en 5.000 mensuales. Es un número muy grande, parecidos a los que tuvimos el año pasado, con el ajuste", afirmó un referente de la UIA a Infobae.

La visión del Gobierno, sin embargo, es más optimista. Según fuentes oficiales, el equipo económico confía en que el crecimiento proyectado para 2026 reactivará los sectores industriales más competitivos, generando empleo que compensaría las pérdidas en áreas consideradas no viables. Los empresarios, en cambio, ven que cada salida del mercado formal se traduce casi inmediatamente en un salto a la informalidad laboral, sin señales de reversión.

Los reclamos clave: contrabando, competencia desleal y falta de políticas

Más allá del empleo, los industriales llevaron una agenda concreta de reclamos:

1. Contrabando y competencia desleal: Alertaron sobre el ingreso masivo de productos ilegales, citando como ejemplo que 3 de cada 10 celulares que se activan en el país no ingresaron por los canales legales. Solicitaron la reinstalación de los "valores criterio" (precios mínimos de importación), una medida que fuentes oficiales ya descartaron tajantemente: "Eso no vuelve más".

2. Falta de política industrial: Criticaron la apertura indiscriminada de importaciones sin un "nivelado de la cancha" previo para la industria local.

3. Reforma laboral: Si bien apoyan las reformas estructurales, admiten que su impacto es lento. Caputo mostró especial optimismo con el Fondo de Asistencia Laboral (FAL), un mecanismo de la reforma que reduciría cargas patronales para crear un fondo de inversión privado.

4. Reforma tributaria: Los empresarios fueron pesimistas respecto a una posible reforma impositiva integral en 2026, argumentando que primero debe aumentar la base tributaria y reducirse la informalidad. Ni siquiera se abordó el tema en la reunión.

El encuentro dejó en evidencia la brecha entre el diagnóstico industrial y la fe oficial en un rebote automático de la economía. Mientras el Gobierno apuesta a que el crecimiento macroeconómico resolverá los problemas de empleo, los que están en el territorio fabril advierten que, sin políticas activas, la destrucción de trabajo formal y el avance de la informalidad serán la norma el año próximo.