La multinacional Kimberly-Clark, dueña de marcas como Huggies, Kleenex, Kotex y Scott, cerró de forma repentina su planta ubicada en el parque industrial de Pilar, provincia de Buenos Aires. Un total de 220 trabajadores fueron despedidos, luego de que la empresa comunicara que la planta estaría inactiva por "mantenimiento", pero en realidad enviara los telegramas de desvinculación durante el fin de semana.

 Los trabajadores despedidos se manifestaron frente a la fábrica. Desde el sindicato de Papeleros indicaron que se trató de una medida "inesperada e irreversible", aunque buscarán mejorar las condiciones de salida de los empleados afectados.

"Optimización de operaciones", el argumento oficial

En un comunicado, Kimberly-Clark justificó el cierre como parte de una estrategia de "optimización y crecimiento sostenible", que implica concentrar toda la producción nacional en su planta de San Luis, donde se fabrican los pañales Huggies. La planta de Pilar, que se encargaba de productos de protección femenina, toallitas húmedas y pañuelos, dejará de operar y sus activos serán trasladados.

"La inversión contempla la mejora de infraestructura y tecnología en San Luis", informó la compañía, destacando que busca adaptarse a la estrategia global de eficiencia operativa.

Reestructuración en medio de un contexto complejo

Con esta decisión, Kimberly-Clark se suma a la lista de grandes empresas que reducen su estructura en Argentina. La situación generó malestar y preocupación en la comunidad de Pilar, donde la planta tenía años de funcionamiento y empleaba a cientos de familias.