Alexis Acuña, profesor de kickboxing de 35 años, fue agredido en un gimnasio de Carmen de Areco luego de una discusión previa con un cliente. El ataque quedó registrado por cámaras de seguridad y muestra cómo el agresor se acerca por detrás y le pega un golpe que lo deja inconsciente. Según el instructor, ya en el piso recibió otra golpiza que le provocó graves lesiones en el rostro.

Las consecuencias: "Tengo la cara quebrada en tres partes"

Acuña relató que el golpe le fracturó el pómulo y el maxilar derecho, además de lesiones en la cabeza y la oreja. Afirma que tiene dificultades para hablar, comer y dormir. Explicó que necesita una cirugía que involucra a varios especialistas, pero no cuenta con obra social ni recursos económicos para afrontarla.

También aseguró que teme por las secuelas físicas permanentes y por cómo afectará a su trabajo como profesor y competidor.

El origen del conflicto

La tensión habría comenzado por quejas internas en el gimnasio relacionadas con el comportamiento del agresor, lo que derivó en cruzamientos de mensajes y amenazas. Según Acuña, al reencontrarse, intentó calmar la situación e incluso le propuso resolver la disputa de manera reglamentada en un ring. Sin embargo, fue atacado sin aviso mientras estaba de espaldas.

Violencia en espacios deportivos

El caso volvió a poner en debate la seguridad en gimnasios y centros deportivos. Lugares destinados al entrenamiento y la salud pueden convertirse en escenario de agresiones cuando falta control y mediación de conflictos. Para Acuña, ahora el desafío pasa por recuperarse, costear el tratamiento y retomar su actividad en un contexto de incertidumbre.