La decisión del Gobierno de Javier Milei de eliminar el asueto por el Día del Trabajador del Estado encendió la chispa del conflicto con los gremios del sector público. El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que la medida se oficializará vía decreto, argumentando que "la Argentina rendía culto al estatismo" y que trabajar en el Estado "no implica tener más privilegios que en el sector privado".

La jornada no laborable -establecida por la Ley 26.876- quedará sin efecto, según el Ejecutivo, para reforzar la visión de un Estado "más eficiente y sin beneficios innecesarios".

ATE responde con paros, movilizaciones y duras críticas a Milei

La reacción no tardó en llegar. Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), su titular Rodolfo Aguiar salió al cruce con declaraciones contundentes. "Quieren borrar un derecho conquistado con historia. Esto no es una medida administrativa, es una provocación", afirmó en su cuenta de X.

Aguiar denunció que el Gobierno intenta avanzar por decreto sobre una ley vigente, algo que -según él- solo el Congreso tiene atribuciones para modificar. También cargó contra Adorni, a quien acusó de haber llenado la Secretaría de Comunicación con "militantes libertarios con sueldos millonarios", en contraste con la supuesta austeridad que pregona el oficialismo.

Además, ATE anticipó una semana de protestas que incluirá paros, movilizaciones y posibles tomas de dependencias públicas.

La pulseada por el modelo de Estado sigue sumando tensión

Más allá del debate sobre un día de descanso, el conflicto pone en evidencia el choque de modelos entre el oficialismo y los trabajadores estatales. Mientras el Gobierno busca reducir la estructura pública y limitar sus beneficios, los gremios denuncian un intento de vaciar el Estado y atacar sus derechos.

La eliminación del asueto, lejos de pasar desapercibida, se convirtió en un nuevo capítulo de la creciente tensión entre el Ejecutivo y los sindicatos. Y todo indica que la confrontación está lejos de apagarse.