La historia de Sandro Moreno y su hijo de 13 años visibiliza una situación alarmante dentro de la Escuela Técnica N°2 de San Miguel de Tucumán. Durante dos años, el adolescente habría sido víctima de reiteradas agresiones físicas, acoso verbal y bullying por parte de sus compañeros. Sin embargo, lo más grave no sería solo la violencia ejercida por otros alumnos, sino la supuesta inacción de las autoridades escolares frente a los hechos.

"Contamos al menos 12 episodios graves", afirmó el padre, relatando situaciones que van desde quemaduras en el cabello hasta golpes en los genitales, empujones en la calle e incluso acoso en salidas escolares. A pesar de las denuncias presentadas, según Moreno, la escuela no tomó medidas concretas. "Mi hijo está quebrado emocionalmente", lamentó.

"Salvame de acá": el pedido desesperado de un chico que ya no da más

El episodio más reciente ocurrió cuando el adolescente llamó a su padre desde la escuela, pidiéndole que lo sacara del lugar porque no se sentía bien. Según Moreno, al llegar encontró a su hijo temblando, sin poder coordinar palabras ni mantenerse en pie. El pedido de atención médica fue, supuestamente, ignorado por el personal, lo que motivó al padre a grabar la situación en video para visibilizar la falta de respuestas.

"Pasó una hora y media hasta que alguien llamó al seguro", denunció el padre, quien luego trasladó al menor al hospital por sus propios medios. 

El hecho quedó registrado en imágenes donde se observa a las autoridades escolares evitando dar explicaciones.

La escuela no responde y la familia exige justicia

Tras viralizarse el caso, Moreno fue citado por el Equipo de Orientación Escolar, pero expresó su temor de ser criminalizado por las autoridades por su accionar como padre desesperado. 

"Voy a ir con abogado porque tengo miedo de que quieran responsabilizarme a mí", sostuvo.

A su vez, apuntó directamente contra el director de la escuela, Sebastián Canosa, por lo que considera un manejo negligente de la situación. 

"Llamar a las 6 de la tarde después de todo lo que pasó es una falta total de respeto", agregó.

Además, hizo un llamado a la sociedad: "Esperaba que los padres de los compañeros hicieran una convocatoria, una marcha, algo... Pero parece que para muchos esto no importa".

Un llamado urgente a las autoridades: ¿quién protege a los chicos?

El caso expone no solo una falla en la contención escolar, sino también una carencia profunda de protocolos reales frente al bullying. La situación interpela directamente al Ministerio de Educación provincial, que hasta el momento no ha dado declaraciones públicas al respecto.

"Hoy mi hijo no quiere volver a la escuela que tanto amaba. No sé cómo lo van a mirar sus compañeros ahora. ¿Quién se va a hacer cargo del daño psicológico?", se preguntó Sandro con angustia.