Todas las pruebas que reunió la Justicia contra los hermanos Kiczka
Germán y Sebastián Kiczka enfrentan juicio en 2025 por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, tras hallazgo de casi mil archivos comprometedores.
La fiscal Silvia Barronis de Misiones finalizó la investigación contra el exdiputado Germán Kiczka y su hermano Sebastián, solicitando su elevación a juicio por tenencia y distribución de material de abuso sexual de menores. Ambos están detenidos en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul desde agosto, con Sebastián enfrentando además una acusación por abuso sexual a una menor de 13 años.
La defensa tiene ahora diez días para responder al requerimiento antes de que el juez Miguel Ángel Faría decida si el caso procede a un Tribunal Oral. Se encontraron 913 archivos en dispositivos de Germán, mostrando a niños y niñas de corta edad en situaciones abusivas, incluyendo zoofilia.
Las pruebas que complican a los hermanos Kiczka
Entre las evidencias, se destacan imágenes y videos de prácticas sexuales abusivas y zoofilia, con menores de 13 años como víctimas. La fiscal Barronis también mencionó el uso de eMule para compartir archivos con contenido pedófilo e incestuoso. Germán Kiczka negó buscar contenido con menores de esa edad, alegando desconocimiento de lo que descargaba.
Los chats aberrantes que encontraron
Sebastián Kiczka, más comprometido, tenía 319 archivos similares y chats con contenido pedófilo. En conversaciones, se refería a buscar y ver a menores, incluso mencionando una "adicción a las menores". Estas conversaciones involucraban a presuntos menores y contenían propuestas inapropiadas.
El canal de YouTube "La magia del tío Germán":
El canal de YouTube de los hermanos fue analizado, revelando que utilizaban trucos de magia y experimentos para atraer a menores, una estrategia para ganarse su confianza y potencialmente abusar de ellos.
Pericias psicológicas
Las evaluaciones psicológicas y psiquiátricas de los hermanos indican en Germán un perfil narcisista con tendencias psicopáticas y pedofílicas, mientras que en Sebastián se observan rasgos depresivos y esquizotípicos, con preferencias sexuales hacia niños y adultos, comprendiendo la ilegalidad de sus acciones.
Con estas pruebas, Barronis solicitó el juicio de Germán por tenencia y distribución de material de explotación sexual infantil, y de Sebastián por esos mismos delitos más abuso sexual sin acceso carnal.