Fin de año con presión por la deuda y una economía que no termina de reaccionar
El Gobierno llega a diciembre condicionado por fuertes vencimientos en dólares y señales de bajo dinamismo económico.
El cierre de 2025 encuentra a la economía argentina bajo tensión por los compromisos financieros inmediatos. En enero vencen pagos de deuda por más de 4.200 millones de dólares, un escenario que obliga al Ministerio de Economía a buscar recursos para cubrir una parte significativa de esos compromisos en un contexto de escasez de divisas.
Desde el Gobierno aseguran que la prioridad es cumplir con los pagos sin salir al mercado internacional de deuda en el corto plazo.
Las alternativas que analiza Economía
Para afrontar los vencimientos, el equipo económico evalúa distintas herramientas de financiamiento. Entre ellas aparecen líneas de crédito bancario, colocaciones de deuda en el mercado local y el uso de ingresos extraordinarios vinculados a concesiones recientes de activos energéticos.
La estrategia apunta a ganar tiempo y evitar un aumento del endeudamiento externo mientras se estabiliza el frente financiero.
Una economía con señales de freno
A la presión por la deuda se suma un escenario económico que muestra dificultades para consolidar una recuperación. Los últimos indicadores de actividad reflejan un nivel de estancamiento, con sectores como la industria y la construcción todavía sin una mejora sostenida.
Este cuadro complica las expectativas para el arranque de 2026, que aparece condicionado por la falta de impulso en el consumo y la inversión.
Superávit comercial, pero con límites
En el plano externo, el comercio exterior dejó números positivos en los últimos meses, con un superávit impulsado por exportaciones puntuales. Sin embargo, los analistas advierten que se trata de resultados excepcionales y no de una tendencia estructural capaz de resolver los problemas de fondo.
Un inicio de año con varios frentes abiertos
Así, el Gobierno encara el cambio de año con desafíos simultáneos: cumplir con la deuda, sostener el equilibrio fiscal y reactivar una economía que aún no muestra señales claras de despegue. El primer trimestre de 2026 será clave para definir si el escenario logra ordenarse o si las tensiones se profundizan.