Fallo inédito en Tucumán: destierran a Santiago del Estero al acosador de una joven de Tafí Viejo
Tras 12 años de hostigamiento, la Justicia dispuso que el acusado viva fuera de la provincia. El caso marca un precedente inusual en materia de violencia de género.
Un hombre que acosó durante más de una década a una joven de Tafí Viejo fue condenado a residir fuera de la provincia, en un fallo judicial inédito que especialistas interpretan como una forma moderna de destierro.
El acusado, Federico Adrián Punturo, había violado reiteradamente una orden de restricción que le impedía acercarse a la víctima. En diciembre de 2024, había recibido una suspensión de juicio a prueba, que lo obligaba a vivir en Santiago del Estero por dos años, portar una pulsera de seguimiento y someterse a tratamiento psicológico.
Sin embargo, en septiembre pasado, Punturo se quitó el dispositivo de monitoreo y desapareció durante una semana, lo que derivó en su detención e imputación por desobediencia judicial.
La causa se resolvió mediante un juicio abreviado, en el que el acusado reconoció su culpabilidad y fue condenado a un año de prisión condicional. Como parte del acuerdo, deberá residir en Santiago del Estero por cuatro años, sin posibilidad de regresar a Tucumán ni tener contacto con la víctima.
El pacto fue firmado por la fiscal Adriana Reinoso Cuello, los querellantes Patricia Neme y Patricio Char, y el defensor Guillermo Villalba, y homologado por el juez Eduardo González.
Villalba reconoció que se trató de "un acuerdo atípico", pero defendió la decisión: "Buscamos una salida que garantice la paz de ambas partes. Mi defendido entendió que, si incumple, terminará en prisión".
Por su parte, el abogado querellante Patricio Char calificó el fallo como "un triunfo contra la violencia machista": "Se desterró a un acosador y se garantizó la tranquilidad de la víctima. No hay lugar para los tibios: o se actúa o se es cómplice".
La víctima, identificada como F., contó que su calvario comenzó cuando tenía 19 años. "Este hombre aparecía de madrugada, golpeaba mi ventana y no aceptaba un no como respuesta. Me decían que me mudara, pero yo me preguntaba por qué debía hacerlo si no había hecho nada", relató.
Cansada de la falta de respuestas, decidió hacer pública su denuncia y recibió apoyo del gremio bancario. "Fue largo y doloroso, pero valió la pena. Hoy siento que puedo empezar a vivir tranquila", afirmó.