El escándalo por el documental Justicia Divina, grabado durante el juicio por la muerte de Diego Maradona, sumó este jueves un nuevo capítulo. José María Arnal Ponti, productor del proyecto y presidente de la empresa Ladoble S.A., presentó un escrito ante la Fiscalía de San Isidro en el que complica directamente a la jueza Julieta Makintach, al afirmar que ella estaba al tanto del documental y había dado su aprobación.

"Desde el minuto cero me aclararon que la jueza conocía el guión y había prestado conformidad", afirmó Arnal Ponti en su declaración. También detalló que el proyecto fue acercado por Juan Manuel D'Emilio, reconocido publicista, y que María Lía Vidal Alemán, amiga de infancia de la jueza, fue el nexo directo.

Grabaciones dentro del tribunal y custodia policial

Según el relato del productor, la grabación se realizó incluso dentro de los tribunales de San Isidro un día domingo, y con la participación directa de la jueza Makintach, quien permitió la filmación en distintas salas. Arnal Ponti sostuvo que una agente de la Policía Bonaerense, custodia de la magistrada, fue quien los escoltó hasta el lugar de rodaje.

"La presencia de la jueza, el ingreso un domingo, las cámaras visibles y el entorno lo hacían todo completamente autorizado a mis ojos", explicó el productor.

La jueza había negado su participación

Julieta Makintach renunció a su cargo para evitar el jury, aunque aún podría enfrentar consecuencias judiciales. En sus declaraciones públicas, negó haber autorizado un documental y afirmó que solo había recibido a los creadores del proyecto como "maradonianos" interesados. También dijo haber participado únicamente de una entrevista informal.

Sin embargo, el testimonio de Arnal Ponti contradice su versión: afirma que la jueza sabía, participó de las tomas y fue grabada con su conocimiento, incluso durante el primer día del juicio, el 11 de marzo, donde se filmaron planos de ella en plena audiencia.

Qué se grabó y con qué fin

El productor explicó que el material difundido corresponde a un "teaser" y un "work in progress", piezas preliminares destinadas a buscar financiamiento para el documental completo. Aclaró que Makintach no estaba involucrada en las ganancias del proyecto y que la producción fue costeada por la empresa.

También detalló que, de concretarse el proyecto, los ingresos serían repartidos entre la productora, D'Emilio y Vidal Alemán.