En el proyecto de reforma laboral enviado al Congreso, se plantea eliminar el impuesto cedular, que grava la venta de inmuebles adquiridos después del 1º de enero de 2018. Esta medida busca equiparar la carga fiscal entre propiedades adquiridas antes y después de esa fecha, ya que los inmuebles previos quedaron exentos con la derogación del Impuesto a la Transferencia de Inmuebles (ITI) en la Ley 27.743 de julio de 2024.

Actualmente, quienes vendían propiedades adquiridas después de esa fecha debían pagar el 15% sobre la ganancia. Con la derogación del impuesto cedular, los vendedores no estarán sujetos a esta alícuota, lo que podría incentivar tanto la compra como la oferta de alquileres.

Otros cambios impositivos y efectos esperados

Además del impuesto cedular, el proyecto contempla la eliminación de impuestos internos sobre automotores, motos, seguros y telefonía, y una reducción del Impuesto a las Ganancias de sociedades, con la alícuota máxima bajando del 35% al 31,5%. También se prevé actualizar los quebrantos por inflación a partir del 1º de enero de 2025 y realizar ajustes menores en el IVA.

Para los especialistas, estos cambios buscan simplificar la carga fiscal y generar incentivos a corto plazo, sin comprometer el superávit fiscal que sostiene la política económica. Martín Caranta, socio del Departamento de Impuestos de Lisicki, Litvin & Abelovich, destacó que la reforma intenta eliminar inequidades históricas entre diferentes categorías de propiedades y que su impacto en la recaudación sería limitado.