El programa Progresar en retroceso: menos cobertura y becas devaluadas
Un programa que supo crecer y hoy enfrenta su peor momento. Cómo cambiaron las cifras.
El Programa Progresar, creado en 2014 para acompañar a jóvenes de bajos recursos que estudian, atraviesa un profundo deterioro. A pesar de haber alcanzado récords históricos en cantidad de beneficiarios durante los años 2021, 2022 y 2023, hoy sufre una brusca caída tanto en cobertura como en el valor real de las becas que otorga.
En abril de 2025, el monto de la beca es de apenas $35.000, cuando para recuperar el poder adquisitivo de 2015 debería superar los $127.000.
Origen y evolución del programa
El Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina (Progresar) nació con el objetivo de garantizar una ayuda económica mensual a jóvenes entre 18 y 24 años que estudiaran y pertenecieran a hogares con ingresos inferiores a un salario mínimo. Su diseño original estipulaba que el 80% del monto se pagaba mes a mes, y el 20% restante al finalizar el ciclo lectivo, tras acreditar la regularidad académica.
Durante sus primeros años, el programa fue ganando alcance y reconocimiento. Sin embargo, las distintas gestiones nacionales introdujeron cambios que impactaron tanto en la estructura del beneficio como en la cantidad de beneficiarios.
La curva de los beneficiarios: de la expansión al ajuste
En sus comienzos, Progresar mostró una expansión constante. En 2015, un año después de su implementación, llegó a 696.494 jóvenes. Alcanzó su primer pico a fines de 2016, con 809.752 becas otorgadas.
Sin embargo, entre 2017 y 2020, el número de beneficiarios se redujo drásticamente por recortes presupuestarios y cambios en los requisitos. En 2020, durante la pandemia, se registró el mínimo histórico: 535.927 jóvenes alcanzados.
A partir de 2021, se implementaron medidas de ampliación: se elevó la edad máxima, se flexibilizaron requisitos y se incorporaron nuevos grupos. Estas modificaciones llevaron al programa a niveles inéditos:
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1 millón de beneficiarios en 2021,
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1,7 millones en 2022,
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1,87 millones en 2023.
Pero con la llegada del gobierno libertario en diciembre de 2023, el programa fue ajustado bruscamente. En 2024 se registró una caída del 27,3% en la cantidad de beneficiarios en comparación con 2023: se perdieron más de 500.000 becas en solo un año.
el poder adquisitivo cada vez más erosionado
Uno de los aspectos más preocupantes del presente del Programa Progresar es la pérdida del valor real de la beca frente a la inflación:
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En 2020, las becas tenían el 43% del poder adquisitivo de 2015.
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En 2022, se recuperaron hasta un 64%, pero volvieron a caer al 59% en 2023.
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En 2024, el desplome fue total: la beca quedó reducida a la mitad de su valor en 2023.
El monto se mantuvo congelado durante todo 2024. Recién en agosto, el Gobierno anunció un aumento del 75%, cuando la inflación interanual alcanzaba el 236%. La actualización resultó ampliamente insuficiente.
¿Cuánto debería valer hoy una beca?
Para que las becas recuperen su capacidad de compra:
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Deberían ser de $76.713 para igualar el poder adquisitivo de abril de 2022.
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De $73.359 para equiparar abril de 2023.
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Y de $127.186 para volver al nivel de abril de 2015.
Sin embargo, el monto actual es de apenas $35.000, muy por debajo de todos los niveles de referencia.
Caída del presupuesto: menos inversión en futuro
El ajuste del programa no solo se refleja en los montos y beneficiarios, sino también en su financiamiento. Entre 2023 y 2024, el presupuesto destinado a Progresar cayó un 65% en términos reales. Para 2025, se proyecta un nuevo recorte del 18%.
Esto anticipa un escenario desfavorable: no se recuperará lo perdido y se espera una nueva baja en la cobertura.
Conclusión: una herramienta que se debilita
Progresar fue pensado como un puente para garantizar el derecho a la educación de miles de jóvenes en situación de vulnerabilidad. Su historia muestra que, con voluntad política y recursos adecuados, puede ser una herramienta de transformación.
Hoy, su realidad está marcada por la reducción de becas, el congelamiento de montos y la pérdida de poder adquisitivo, lo que compromete seriamente su objetivo original. El deterioro progresivo del programa deja expuestos a millones de estudiantes, en un contexto social y económico cada vez más desafiante.