Un retroceso histórico en el financiamiento educativo

Pese al aumento del 29% dispuesto por el Gobierno mediante el decreto 425/25, el presupuesto universitario proyectado para 2025 refleja una fuerte caída en términos reales. Según datos relevados por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), los fondos asignados al Programa de Desarrollo de la Educación Superior serán un 9% inferiores a los de 2024, y acumulan una pérdida del 32% desde 2023.

La inversión por estudiante también alcanza un piso histórico: $2,1 millones en 2025, la cifra más baja desde 2005 y un 53% menos que hace diez años, si se ajusta por inflación. En promedio, entre 2010 y 2023, se invertía cerca de $4 millones por alumno.

"Este recorte compromete a las universidades"

Desde ACIJ advierten que la disminución sostenida del financiamiento pone en riesgo el acceso a una educación pública de calidad.

"Este recorte compromete el funcionamiento de las universidades y limita su capacidad para garantizar una formación gratuita, inclusiva y con perspectiva de futuro", señalaron desde la organización.

Las consecuencias ya se sienten: salarios docentes por debajo de la línea de pobreza, becas recortadas en un 75%, obras paralizadas y fondos para investigación y extensión totalmente congelados. Según CONADU, desde noviembre de 2023 los salarios docentes perdieron un 28% de poder adquisitivo.

Un nuevo proyecto con el foco en el futuro

A pesar del escenario adverso, la comunidad universitaria no se detiene. Este mes, autoridades, estudiantes y trabajadores presentaron un nuevo proyecto legislativo en el Congreso para garantizar el financiamiento del sistema universitario público.

La iniciativa, que busca recomponer salarios, actualizar los gastos de funcionamiento y ampliar las becas, fue impulsada tras el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario en 2024. Además, plantea crear un fondo para carreras estratégicas vinculadas a inteligencia artificial y desarrollo científico-tecnológico.

Una propuesta sin impacto fiscal

El rector de la Universidad Nacional de Quilmes, Alfredo Alfonso, remarcó que el nuevo proyecto no genera déficit fiscal ni propone nuevos impuestos, sino que reasigna partidas existentes del presupuesto nacional a través de fondos coparticipables.

"Este es un proyecto muy serio, muy consciente. Confiamos en que tenga apoyo parlamentario y que se trate cuanto antes en Diputados", sostuvo Alfonso, quien agregó que el objetivo es alcanzar un 1,5% del PBI para el sector universitario en 2031.

La universidad como motor social

El documento también busca fortalecer la investigación, la extensión universitaria, mejorar la infraestructura, ampliar la oferta académica y asegurar la permanencia y egreso de los estudiantes.

Pero los datos duelen: el presupuesto para universidades pasó de representar el 0,72% del PBI en 2023 a un estimado de 0,43% en 2025, lo que marca una caída drástica en la prioridad estatal hacia la educación superior.