Los pontífices, por lo general, han sido enterrados a lo largo de la historia en la Basílica de San Pedro o en las grutas vaticanas. Sin embargo, aunque es la tradición más extendida, no es una obligación. El Papa Francisco en diciembre del 2023 anunció que ya estaba preparado el lugar donde sería enterrado y se trata de un templo que no se encuentra ni siquiera en el Estado Vaticano.

Nacido en 1936, pidió su entierro en la Basílica Santa María Mayor de Roma, la Virgen es su gran devoción, en especial la Salus Populi Romani, más conocida como Nuestra Señora de las Nieves, la imagen que llegó a Roma en el año 590 d.C y siempre que iba a la capital italiana, antes de ser Pontífice, traba de pasar un rato en el lugar. 

Todos los papas del siglo XX descansan en las grutas de San Pedro. Desde antes de asumir el papado, Francisco ha mantenido una profunda conexión con la Basílica de Santa María la Mayor y tras su elección en 2013, acudió para encomendar su pontificado a la Virgen María y desde entonces acostumbraba a visitar el lugar antes y después de cada viaje internacional para orar.

En esta basílica papal está dispuesta una capilla en la nave izquierda, cercana al ícono mariano, que podría ser la destinada a su descanso final, o incluso en la propia capilla en que se expone la Salus Populi.

Pero, como hemos mencionado anteriormente, no será el primer Papa en ser enterrado fuera del Estado Vaticano. De hecho, solo un tercio de los papas están enterrados cerca de la tumba de San Pedro y en el pasado la mayoría de los pontífices solicitaron ser enterrados en una iglesia romana ligada a su historia personal, como en el caso de Francisco.