El papa Francisco mejora, pero su situación sigue siendo grave: continúa luchando contra crisis respiratorias
El pontífice, que lleva 19 días internado, enfrenta una serie de complicaciones respiratorias que mantienen su pronóstico "reservado".
Este martes, el papa Francisco despertó con un cuadro "estable" tras sufrir su última recaída. Después de 19 días de hospitalización, el pontífice pudo reemplazar la mascarilla de oxígeno por una cánula nasal de alto flujo, aunque los médicos siguen manteniendo un pronóstico "reservado". A pesar de la mejora parcial, su estado sigue siendo "complejo" y continúa bajo vigilancia médica.
Crisis respiratorias reiteradas ponen en alerta al equipo médico
El Papa Francisco, de 88 años, ha atravesado varias crisis respiratorias desde su internación el 14 de febrero. Su bronquitis, que derivó en una doble neumonía, ha ocasionado episodios de insuficiencia respiratoria aguda, provocando grandes preocupaciones en los médicos que lo atienden. El último de estos episodios ocurrió el lunes, con la acumulación de mucosidad en los bronquios que requirió intervención médica inmediata.
Preocupación creciente por el futuro del pontífice
La salud del Papa ha generado creciente preocupación, no solo por las crisis respiratorias, sino también por sus problemas médicos previos. Con operaciones en el colon y dificultades para caminar, su hospitalización más prolongada ha reabierto debates sobre su capacidad para continuar en el rol. Además, su ausencia de eventos importantes como el Miércoles de Ceniza ha generado incertidumbre sobre su presencia en las celebraciones de Semana Santa. Fieles continúan rezando por su pronta recuperación mientras esperan su aparición pública.