El Gobierno eliminó una vieja normativa que exigía a viveros, productores y hasta particulares registrarse y rendir cuentas por la venta o traslado de plantas. La Ley 17.606, sancionada en 1967 durante la dictadura de Onganía, fue derogada este miércoles mediante el Decreto 410/2025, firmado por Javier Milei, Luis Caputo y Guillermo Francos.

Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, celebró la medida con ironía: "Plantemos árboles en libertad".

"Regulación absurda": qué exigía la norma y por qué cayó en desuso

La ley obligaba a todo establecimiento o persona que vendiera plantas a inscribirse en un registro oficial y a emitir una "Guía de sanidad para el tránsito de plantas o sus partes", un documento que debía ser aprobado por la Dirección General de Sanidad Vegetal. Incluso quienes trasladaran plantas sin fines comerciales podían ser sancionados si no contaban con esa guía.

Sturzenegger cuestionó la vigencia de este tipo de controles, a los que calificó como "resabios del autoritarismo económico militar", y aseguró que el control sanitario hoy está garantizado con herramientas más modernas, como el documento de tránsito vegetal electrónico del Senasa.

Una poda de normas que sigue: el plan del Gobierno para simplificar regulaciones

La eliminación del registro de viveros forma parte de un plan más amplio de desregulación que impulsa el oficialismo para "bajar la carga burocrática" sobre la actividad económica.

Según fuentes oficiales, esta norma estaba vigente pero no se aplicaba, lo que generaba inseguridad jurídica y obstáculos innecesarios para un sector que, aseguran, puede autorregularse con estándares actuales de sanidad y trazabilidad.