En otra medida por controlar la inflación y moderar el crecimiento salarial, el Gobierno de Javier Milei decidió implementar un congelamiento de salarios para los empleados públicos durante los últimos meses de 2024. Esta medida, anunciada tras un nuevo tramo de las paritarias del sector público, pretende establecer un modelo de referencia para las negociaciones salariales en el sector privado.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, transmitió  la decisión a los sindicatos estatales, incluyendo UPCN y ATE, en una reciente reunión paritaria. Según la propuesta inicial del Gobierno, los salarios estatales recibirán un aumento del 2% en octubre y un 1% adicional en noviembre, pero no habrá incrementos en diciembre. Esta decisión se produce en un contexto en el que el Gobierno busca anclar las expectativas inflacionarias, con el objetivo de cerrar el año con una inflación cercana al 0%.

La estrategia del Ejecutivo es clara: primero estabilizar los aumentos salariales en el sector público y luego usar ese marco como referencia para las negociaciones en el ámbito privado. La Secretaría de Trabajo, encabezada por Julio Cordero, ha indicado que no se impondrán topes estrictos a los aumentos, pero se espera que las subas para el último trimestre del año se mantengan alrededor del 2% para octubre y se congelen en noviembre y diciembre.

Esta medida ha generado una fuerte oposición por parte de los sindicatos. Rodolfo Aguiar, de ATE, calificó el plan como un "caramelo masticable" y criticó la decisión, destacando que desde el inicio del mandato de Milei, los salarios reales de los estatales han disminuido en más del 25%. Andrés Rodríguez, de UPCN, también expresó su desacuerdo, señalando el deterioro de los ingresos de los empleados públicos.

El mismo enfoque se está aplicando a otras empresas estatales, como AYSA, donde se han fijado aumentos escalonados hasta septiembre y se ha decidido un congelamiento salarial para el último trimestre del año. El gremio de José Luis Lingeri ha rechazado esta medida, advirtiendo una pérdida significativa del poder adquisitivo.

En el sector privado, algunos gremios ya están ajustando sus expectativas salariales. La industria metalúrgica, por ejemplo, ha acordado un incremento del 2,5% para octubre, en línea con las expectativas del Gobierno. El sindicato de Camioneros también ha acordado un aumento del 3% para el trimestre agosto-octubre, aunque esta cifra aún está por debajo de las demandas de algunos sectores.

Sin embargo, otros gremios, como la UOCRA y el sindicato de Sanidad, han firmado aumentos más altos, lo que pone en evidencia las tensiones entre las expectativas gubernamentales y las realidades del mercado laboral. El gremio de Comercio, el más grande del sector privado, también está en desacuerdo con el modelo propuesto por el Gobierno y planea discutir aumentos promedio del 3% mensual para el último trimestre del año.