El gasto de las familias en servicios públicos registró un salto histórico durante la gestión de Javier Milei. Entre diciembre de 2023 y diciembre de 2025, la canasta que incluye electricidad, gas, agua potable y transporte acumuló un aumento del 561%, muy por encima de la inflación del período, que fue del 185%, según datos del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet.

El impacto se concentró principalmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde vive el 35% de la población del país. El ajuste tarifario fue más intenso en 2024, cuando el Gobierno avanzó con una rápida recomposición de precios y una fuerte reducción de subsidios. En cambio, durante 2025, año electoral, las subas se moderaron y se movieron en línea con el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

El impacto en el bolsillo de los hogares

En diciembre de 2025, un hogar promedio del AMBA sin subsidios destinó $183.410 mensuales para cubrir transporte, luz, gas y agua, lo que representó un aumento interanual del 31% y equivale al 11,1% del salario promedio registrado.

El transporte público fue el principal factor de presión sobre el presupuesto familiar. El boleto de colectivos acumuló una suba del 937% desde el inicio de la gestión libertaria, seguido por el gas natural (709%), el agua (386%) y la electricidad (339%). Solo en 2025, el transporte volvió a liderar los aumentos, mientras que gas, luz y agua crecieron por debajo de la inflación.

Menos subsidios y nuevas subas en 2026

La evolución de las tarifas estuvo directamente ligada a la política oficial de reducción de subsidios, una de las claves del programa de ajuste fiscal del Gobierno. Desde 2024, esta partida se redujo de manera significativa y el objetivo oficial es llevarla al 0,5% del PBI en 2026.

Según especialistas del sector energético, el nuevo esquema prevé una quita gradual de subsidios para hogares con mayores ingresos y la aplicación de topes de consumo con tarifas diferenciadas para quienes continúen recibiendo asistencia. Este proceso se extendería a lo largo de todo 2026 y tendrá un impacto directo en las facturas de luz y gas, con aumentos que, en algunos casos, podrían superar los dos dígitos.

En paralelo, los boletos de colectivos en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires seguirán un esquema de incrementos mensuales que combina inflación más un adicional, lo que anticipa que el gasto en transporte continuará presionando el bolsillo de las familias el próximo año.